lunes, 31 de diciembre de 2012

Capítulo 1, “Dolor de cabeza”

“I’ve been everywhere, men looking for someone, someone who can please me love me all night, I’ve been everywhere, man looking for you babe, looking for you babe, searching for you babe...”

Me despierto. Estoy como si hubiera dormido tres días seguidos... Me encuentro fatal. No puedo moverme. ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?

“Where have you been? Cause I never see you out, are you hiding from me, yeah? Somewhere in the crowd!!”

Dios, dios. ¡Dios! Mi cabeza. La música rebotaba en ella como si se tratara de una bomba. Joder, la alarma, ¿dónde estaba mi móvil? Pero lo peor, ¿dónde estaba yo? Vale, vale Katia, tranquilízate, reconocí mi armario, mi escritorio, mi mesita de noche... Y ya estaba más... ¿Despierta? Si, creo que sí, pero seguía sin poder moverme, era como si el edredón pesara diez kilos, y con razón, Tom y Bella estaban durmiendo plácidamente encima de mío.

“Where have you been, all my life? All my life? Where have you been, all my life? Where have you been, all my life? Where have you been, all my life? Where have you been, all my life?”

Pero que cojones... ¿Por qué suena la alarma un día de estos? Todavía estoy reaccionando, estoy como en otro mundo. Retiro a Tom de encima mío, este, me quedó mirando con una cara de “Oh, lo siento”; también quité a Bella, esta se fue corriendo dejando a Tom solo, ella era más arisca y solo es cariñosa cuando se trataba de comida.
Por fin logré coger en móvil y no me tuve que bajar de la cama, ya que estaba en la mesita de noche. Apagué la alarma y me quedé con mi típica cara de "¿WTF?" al ver todas las notificaciones que empezaron a saltar en el teléfono. No me lo creía, miré bien la pantalla de mi móvil otra vez. ¡¿Qué?! ¿273 llamadas perdidas? No puede ser, pero... ¿Qué día es hoy? Miro la fecha. 13 de enero... ¡Claro! ¿Cómo no me he podido acordar? Ayer fue el cumpleaños de mi hermano. Por su puesto Zayn seguía en las mismas, él y su maldita manía de tener el móvil apagado, cuando el siempre lo debía tener encendido. Todas las llamadas serían para felicitarle a él, Aun me dolía la cabeza, la música seguía y mi cerebro rebotaba como si tuviera vida propia. Katia espera... ya has apagado la alarma. ¿De dónde sale esa música? Bueno... Kat, relájate. Bajé de mi cama y de repente aparecí en el suelo, no me hice daño, caí sobre blando. Estaba todo muy desordenado, pero no era mi desorden normal, parecía que había habido una guerra de almohadas en mi habitación. ¿Con qué me habría tropezado? Sentí algo que se movía en mis pies.
- Morena. –Entonó con su sonrisa perfecta, que podía ver gracias a una luz medio azulada que entraba por las cortinas, que daba a entender que todavía era de madrugada.
- Pe-pero, ¿qué haces aquí? Espera, ¿qué ha pasado? –Dije un poco asustada, notando que tan solo estaba llevaba puesta ropa interior. Sé que él, no haría nada indecente y menos estando yo ebria o inconsciente de mis actos. Estaba todavía un poco ida. Le mire fija a los ojos, el respondió de la misma manera y la aparte rápidamente. No sé qué hacía, que cuando me miraba a los ojos, el corazón se me salía del pecho y yo sé que él lo notaba.
- ¡Oh no! No, no, no, no… Kat, no hemos hecho nada, tu sabes que no sería capaz... –Me dijo acercándose a mí. Me dio la mano y acarició mis nudillos. Era muy reconfortante.
- Niall, que susto… ¿Cuéntame qué ha pasado? ¿A qué se debe todo esto? No me acuerdo muy bien y me duele la cabeza un montón. –Dije con tono tranquilo. Me acerqué más a él, haciéndonos caer tumbados sobre las almohadas y las plumas que estaban dispersas en el suelo de mi habitación, me acurruqué en su moldeado pecho, cerrando los ojos, mientras él jugaba con mi pelo.
- No era mi intención asustarte pequeña, lo siento. –Me susurró al oído. Noté su aliento cálido, lo cual hizo que me erizara.- Ay, Katia... no te puedo dejar ni un segundo sola, estas muy loca. –Esbozó mientras reía.
- ¡Niall! ¡Ahora sí que me estas asustando! –Su comentario, me puso muy nerviosa y a la vez me avergoncé, a saber qué fue lo que hice anoche...
- Tranquila… Solo que ayer… pues te desmadraste un poco y bebiste más de lo que debías y tus amiguitas también. Si te contara lo que hicisteis… –Me dijo mientras se volvía a reír y me daba un beso en la frente y acariciaba mi espalda. Me gustaba estar así con él. Era yo misma. Delante de la gente no podía ni sonreírle y menos delante de Zayn. Suspiré en su pecho.
- Vale Niall, confiaba que me había portado bien, pero veo que no es así. ¿Vas a dejarte de intrigas y me vas a contar lo que hice? –Le pregunté con temor, ya más o menos asimilando lo que me iba a contar.
- A ver, bueno la verdad es que no bebiste demasiado, pero lo que bebiste, te subió mucho y muy rápido. Y no hiciste nada malo… Solo te subiste a la mesa, empezaste a bailar con Didy y Kells, y casi te caes, jaja. Después vino la vecina a llamarnos la atención, por la música alta y Liam, fue corriendo a disculparse, ya sabes cómo es él… Tú fuiste, a apartar de la puerta a Liam, la empezaste a picar y le dijiste que si estaba tan amargada, que pasara dentro, que había barra libre, que se emborrachara y dejara de molestar. –Dijo y suspiró, haciendo que me sintiera mal, por lo que había hecho. Estiró de mi moflete como si estuviera regañándome.
- Niall, joder, lo siento, no era mi intención, esa no era yo. –Dije con voz de arrepentimiento y a la vez, varias preguntas me inundaron la cabeza.- ¿Cómo es que estoy en mi habitación? ¿Y tú, cómo es que estás aquí conmigo? ¿Y Diana y Kelly? Sus padres estarán histéricos, les prometí que estarían en casa como muy tarde a las tres ¿y qué hora será? –Pregunté mirando el móvil para ver la hora y me quedé petrificada.- Estoy muerta. Son las cinco y media... –Dije con voz entrecortada.
- Pues haber, la fiesta todavía continúa, tú estás en tu habitación, porque ya estabas muy cansada y decidiste venir, estoy contigo, porque me dijiste que me echabas de menos y querías que te llevara a caballito hasta tu habitación y así fue y ahora sí que vas a flipar. –Me dijo poniéndose encima de mí y haciéndome cosquillas, él sabía que con las cosquillas no podía, ¡no podía!
- NO, JAJAJA, NO, AMOR, ¡PARA YA! JAJAJAJA, QUE ME MEO ¡POR FAVOR! ¡¡AAAH!! JAJAJA NIALL HORAN, PARA, ¡PARA! –Grité a todo pulmón mientras reía a carcajadas.- Niall James Horan Gallaguer, no vuelvas a hacer eso. Sabes que no puedo con las cosquillas y menos, si me las haces tú. –Dije intentado parecer enfadada pero las pequeñas risillas restantes que salían de mi boca, delataban lo contrario. Tomé impulso y me puse yo encima de él. Ya no me resistía más, le iba a besar y a romper una apuesta con Diana. ¿Quién duraba más sin besar a su chico? Aunque ella no tenía ni novio, ni rollo, ni nada… Por lo visto ella llevaba ventaja y toda la pista de ganar. Nunca debí de haber aceptado la apuesta.
- O si no que, ¿eh? ¿Qué me vas a hacer? ¿Eh? ¿Eh? –Me dijo picándome y si, lo había conseguido.
- Pues… Pues… Yo… –No me iba a poder resistir más.- Yo… Niall por favor… –Supliqué.- Sabes que no pue… –No me dio tiempo a terminar la frase y ya sentía que mi cuerpo deliraba. Me estaba besando, y yo no podía reaccionar. Hacía tres días que no probaba esos labios, tan perfectos. Los dos nos fundimos en ese beso largo y profundo, que hacía que todas mis preocupaciones se fueran, hasta el estúpido dolor de cabeza. Se apartó delicadamente y se quedó mirándome a los ojos mientras acariciaba mi mejilla con el dedo índice. ¡Joder! ¿Cómo sabía que eso era lo que me mataba? Me sumergí en esos preciosos ojos, de color esmeralda, podría pasarme así, horas, días, meses, años... Toda una vida.
- ¿Por qué siempre lo haces? –Le pregunté en un pequeño susurro.
- Lo siento, me dijiste que no podíamos besarnos, pero no pude resistirme, pequeña. Pero... tú fuiste la que hizo la apuesta, yo no. Además en esa apuesta, dice que tú eres la que no me puede besar, en ningún lado, pone que yo no lo pueda hacer, así que, todavía no está rota. –Me dijo abrazándome, un abrazo que me calentó, ya que estábamos en pleno invierno.
- ¡Eso no! Jajaja. ¿Por qué me miras de esa forma? –Le volví a preguntar lazándole una sonrisa, abrazándole yo un más fuerte.
- Porque siento como tu corazón se acelera, como tu respiración se entrecorta y tus mejillas se enrojecen y… me gusta. –Dijo cautivándome totalmente.
- Niall una cosa. –Me miró y asintió, como para que continuara hablando.- ¿Tú sabes cuánto te quiero? ¿Tú lo sabes? ¿Tú sabes cuán perfecto eres? Yo creo que no... Y hay hasta veces que me pregunto, ¿por qué yo? ¿Por qué fui yo la que tuvo la puta suerte de que te fijaras en mí, habiendo millones de chicas? –Le susurré al oído con la voz súper temblorosa.
- Yo te quiero mucho más. Y no vuelvas a decir que soy perfecto, tengo demasiados defectos. –Dijo poniendo los ojos en blanco.- Y simplemente creo que estábamos predestinados a estar juntos. No lo sé... fue verte y saber que serias para mí, me robaste el corazón, me hechizaste. ¿Te acuerdas la primera vez que nos vimos? –Me dijo mientras que de uno de sus ojos se escapaba una pequeña lágrima. Esta situación estaba siendo muy sentimental. Cada palabra que había salido de su boca era perfecta, me hacía sentir mariposas en todo el maldito cuerpo.
- ¡Hey, no! Nialler. No, no te pongas a llorar, por favor, eso sí que no lo puedo soportar. –Le dije mientras le cogía la cara con mis dos manos y limpiaba sus lágrimas con los pulgares. Yo era muy sentimental y de solo verle, ya estaba llorando. Nunca me habían dicho cosas tan bonitas.
- Bueno, tienes razón, pequeña. Mejor dejar de llorar, pero tú también eh... jajaja. Todavía no te he contado lo de Diana y Kelly… –Me dijo volviendo al tema principal, volviendo a sonreír, volviendo a ser otra vez el Niall que se ríe por todo, el Niall de siempre, Él.

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