- Mira. Ya ha llegado la fea de tu novia,
Niall. –Escuché la voz de Louis.
- Hablo aquí el orco, de feos. –Respondió
mi hermano en tono chinchoso.
- Jajajajaja. –Rio Niall fuertemente. Tuve
que precisar del sentido del oído para ir andando a ciegas hasta él, que se
encontraba sentado en un pequeño sofá.
- Basta ya. Todos sabemos que la más guapa
soy yo. –Rechisté mientras me sentaba en el regazo de Niall y estiraba mis
brazos para colgarme de su cuello. Su embelesador aroma dulce, entró por mi
nariz, haciendo que me ardiera y que mis pálpitos se aceleraran. Iba a extrañar
su olor, las reacciones que provocaba en mí con solo el roce de su piel,
todo... Solo quería que el tiempo fuera más despacio, lento, para pasar junto a
él más y más tiempo.
- Esto no queda así, Zayn. –Dijo Louis con
voz enfadada.
- ¿Qué ha pasado con la luz? Que habéis
roto esta vez... –Pregunté resignada a que la respuesta fuera la más mínima
tontería.
- La verdad es que esta vez, ellos no han
hecho nada. Se fue así, de repente. –Me respondió Diana, que se encontraba
supuestamente sentada detrás de nosotros.
- Que rar... –No pude terminar de hablar
cuando de repente la luz volvió, dejándonos a todos un poco ciegos.
- Solucionado. ¿Os hacen unas pizzas?
–Preguntó Niall que se encontraba jugueteando con las puntas de mi pelo.
- Por mi perfecto. ¡Peperoni! –Exclamó
Diana mientras se relamía.
- No podemos chicos, tendríamos que estar
ya de camino al plató.-Dijo Liam mientras se ponía el abrigo.
- ¡Ay, es verdad! Pues vámonos. –Exclamó
Harry que estaba mirándose en el espejo y haciendo cosas raras.
- Espera, ¡¿plató?! –Exclamó Kelly mientras
le dirigía una mirada de explicación a Louis.
- ¿Qué haces con tu vida Harry? –Preguntó
Diana mientras se reía alocadamente.
- Intento poner caras feas para no ser tan
guapo, ni adorable... ni tan sexy, pero no lo consigo. ¡Ayúdame! –Le suplicó
Harry a Diana poniéndose de rodillas.
- ¡Hazza, para ya! No vas a conseguir ser
tan adorable, ni guapo, ni mucho menos tan sexy como yo. Son cosas hereditarias
y de genética... –Le dijo mi hermano mientras ponía cara de creído y me miraba
para que me diera por aludida.
- Ah, claro, es verdad Harry, es lo que
tiene llevar el apellido Malik, va acompañado de todo eso, pero no te preocupes,
que tú eres muy simpático. -Dije riéndome a carcajada limpia, poniéndome roja.
- Ja, ja, ja... Que graciosa la niña esta. –Me
dijo mientras me hacía muecas y me sacaba la lengua.
- Harry, retírate que te están dejado muy
mal... –Intervino Liam, el cual ya se encontraba al lado de la puerta.
- Ya, será lo mejor... Pero te digo lo
mismo que Louis, esto no queda así Zayn y Katia, eh... –Dijo Harry mientras se
cruzaba de brazos y se sentaba en la cama al lado de Louis haciendo puchero.
- Pues yo no sé vosotros, si vais a ir a
ese plató del que no nos habéis contado nada o si vais a montar en tricornio,
pero yo me voy a la cafetería a comer algo, que si no, muero. ¿Alguien se
viene? –Preguntó Kelly mientras se frotaba la tripa con las manos haciendo
círculos.
- Yo… no tengo hambre ahora, cenaré más
tarde. –Dije mientras me ponía en pie y me dirigía a coger mi bolso, pero no
pude continuar mi camino debido a que las manos de Niall me retuvieron
cogiéndome de la cintura. Al girarme a verle, me topé con su mirada de cordero
degollado.- Anda, ve con ella cariño, estoy revuelta y un poco cansada... –Le
dije mientras le daba un beso en la frente.
- Yo también voy, que antes al subir he
visto los postres y creo que se van a quedar sin tiramisú. –Dijo Diana mientras
se acercaba a Zayn, le decía algo al oído y seguidamente tiraba de su mano para
que la acompañara.
- Yo te acompaño. –Le dijo Louis a Kelly
mientras se levantaba de la cama, dejando solo a Harry.
Finalmente las dos parejitas y Niall se
fueron a la cafetería, dejándonos solos en la habitación a Liam, Harry y a mí.
Me acosté en la cama, tan blanda, suave, fresca, cómoda… que solo el mirarla
incitaba al sueño más profundo. Ya estaba casi dormida, viviendo en la medio
realidad, cuando Liam me despertó cariñosamente. Al abrir los ojos un
escalofrío me bajo desde el cuello hasta los dedos de los pies; era una
sensación bastante incomoda.
- Enana, te han llamado muchas veces y creo
que tienes un mensaje. –Me dijo Liam mientras me pasaba mi móvil.
- Katia, ¿Quién es “J”? –Me preguntó Harry
intrigado.
- ¿Qué quién es quién? –Le pregunté
mientras bostezaba y me frotaba los ojos.
- J. ¿Quién es? –Volvió a preguntar
insistente.
- No conozco a nadie que se llame J, la
verdad… ¿Por qué lo dices? ¿Debería de conocerlo? –Le interrogué ahora yo.
Todavía estaba en babia, necesitaba un café urgentemente.
- Es que en el rato que te has quedado
dormida no parabas de repetirlo. Hasta hubo una vez que dijiste “J tu eres mi
novio” –Dijo imitando mi voz.- Pero Liam no me cree. –Continuó, mientras negaba
con la cabeza.
- Yo sinceramente no te he escuchado decir
eso, solo que balbuceabas palabras sin sentido. Dabas mucha gracia, y ponías
tono de niña pequeña. –Rio Liam mientras se tiraba en plancha a mi lado en la
cama.
- Ay dios mío... Qué vergüenza. –Dije
poniéndome roja mientras me cubría la cara con las manos.- Que raro, no he
soñado nada, y si lo he hecho, no me acuerdo. –Dije como si estuviera hablando
conmigo misma.
- De repente es J de James, de Niall James
Horan, ¿no? –Dijo Liam mientras jugaba con una pluma que se le había salido a
la almohada.
- Si, o de repente es de un ex novio que
hayas tenido. Venga Kat, cuéntanoslo. Esas cosas son del pasado, no se lo contaremos
a nadie y menos a Niall. –Me dijo Harry en tono de súplica.
- ¡¿Pero qué cosas dices?! Anda cállate ya
rizos… –Le respondí a la vez que le tiraba un cojín, antes de volver a
entrecerrar los ojos, ya que lo único que me pedía el cuerpo, era aunque sea
dormir otros diez minutos más.
- ¡Ay! Que agresiva… La Kat saca las
garras, ¡su lado más feroz! –Dijo Harry mientras arañaba en el aire como si
fuera un gatito.
- Si lo peor, es que en el fondo te tengo
aprecio, jaja. –Dije mientras daba por perdido volver a conciliar el sueño, ya
que ahora, sí que me sonaban las tripas.
- Bueno cambiando de tema… ¿Sigues con la
búsqueda de mi chica? –Me preguntó Liam con una gran sonrisa en la cara, y la
mía se descompuso después de escucharle.
- ¡Oh, Liam lo siento! Se me olvidó por
completo, con todo lo que ha pasado no he tenido tiempo. –Le respondí con tono
apagado y de disculpa.
- Bueno, no pasa nada, tú ya me avisas. –Me
respondió guiñándome un ojo.- La verdad, no sé si decirte que ya no hace tata
falta que busques… –Dijo poniéndose rojo, mientras hundía su cara en la
almohada.
- ¡LIAM SE HA ECHADO NOVIA! ¡¡WOOHOOO!! Yo
también quiero… –Dijo Harry, haciendo que recordara que también tenía que
ayudarle a él con lo mismo.
- ¡Jopetas, me había olvidado también de
ti, Harry! –Dije después de resoplar angustiosamente.- Bueno Liam, ¿entonces
qué? ¡¿Quién es la afortunada?! ¿La conozco? –Le avasallé de preguntas,
mientras me terminaba de sentar en la cama más cerca de él, dispuesta a que me
contara todo; Harry igual de cotilla que yo, se sentó con nosotros en la cama.
- Claro que la conoces. Llevo hablando por
WhatsApp desde el día que la conocí, y de verdad que si no hablamos durante un
día o más, me siento incompleto, tengo la necesidad de saber cómo esta. ¿Me
estoy enamorando? –Nos preguntó poniendo cara de asombro.
- ¡¿Pero quién es?! –Le preguntó Harry
mientras me lanzaba una mirada de compenetración a la espera de que el nombre
de la chica saliera por su boca.
- Es… Es… –Liam empezó a hablar pero sus
palabras empezaron a desvanecerse de mi mente cuando me acordé para que me
había despertado, Tenía cinco llamadas perdidas de un número desconocido y un
mensaje.
*Mensaje número Desconocido*
Sé tú secreto. Vas a sufrir.
Respiré profundamente y guardé el móvil en
mis jeans. Todo estaba volviendo a ser como antes ¿y ahora esto? No. Me niego
en profundo. Empecé a rebuscar en cada rincón de mi mente, quien podría ser el
responsable del mensaje, o de la “broma”. Todos los pensamientos me rebalsaban
ya la cabeza, respaldados por el murmullo de Liam, que todavía estaba hablando
sobre esa chica misteriosa. ¿Qué debía hacer? ¿Contárselo a Niall, o callarme y
pasar del tema? No quería que esto se me fuera de las manos, de repente solo
era eso, una simple broma… y si se lo contaba a Niall podría hacer de una gota
un gran vaso de agua. Así que lo mejor será no abrir la boca y dejar esto de
lado y se olvide.
- ¿Katia? –Me dijo Liam mientras me hamaqueaba
con las dos manos.- ¡Qué te evades!
- ¡Oh! sí, lo siento chicos. Es que… me ha
llegado un mensaje de… ¿mi hermano? –Dije poniendo cara de desesperación porque
no pillaran mi mentira.- Que… me ha dicho que baje, porque en el restaurante
están mis palmeras preferidas, esas que son mitad de chocolate blanco y la otra
con chocolate negro. –Finalicé con una media sonrisa mientras que me levantaba
del colchón.
- Bueno, ¿entonces qué opinas de la medio
“novia” de Liam? –Me preguntó Harry justo cuando iba girar el picaporte.
- Pues… Esta genial, ¿no? –Ambos me miraron
con cara incomprensible.- Ay, lo siento, estoy en mi mundo. ¿Al final quién es?
–Dije con tono de resignación.
- Es Perrie, tu compañera del instituto.
–Me respondió Harry, esta vez con tono serio.
- ¡¿Qué?! –Grité a la vez que tosía debido
a que me atraganté del asombro.- ¡Qué monos! ¡¡Felicidades!! –Le dije mientras
me acercaba a él a darle un abrazo.
- Yo también quiero… –Me reprochó Harry
como si fuera un niño pequeño, mientras que enredaba en su dedo en mi mechón de
pelo morado.
- Que quieres, ¿Un abrazo o una novia? –Le
respondí mientras que le sacaba la lengua.
- Yo quiero una novia que me haga mimos,
pero de momento me conformo con un abrazo tuyo. –Me dijo mientras que extendía
los brazos, reclamando su abrazo correspondiente.
- Ah, bueno… –Le di el abrazo.- Ahora
vuelvo, me muero de hambre. Dije ya saliendo de la habitación.
- ¡Katia! –Escuché un pequeño murmullo
después de haber cerrado la puerta.
- ¡Qué! –Grité pegando la oreja a la puerta
para escuchar bien la respuesta.
- ¡Cuando
bajes, diles a los chicos, que ya vayan subiendo que queda media hora para
salir! –Me contestó Liam al otro lado de la puerta. Procesando la información,
estuve los suficientes segundos pegada a la puerta como para escuchar unos
sonidos rarísimos. Fui arrastrando la cabeza por el resto de pared hacia la
derecha, hasta que llegué a la otra superficie lacada. Cuando levante la cabeza
lo único que pude ver, era el pequeño letrero de la puerta vecina que ponía
“669”.