sábado, 20 de abril de 2013

Capítulo 17, “Sé tu secreto. Vas a sufrir”

- ¿Holi? –Pregunté firme como si fuera una niña pequeña.
- Mira. Ya ha llegado la fea de tu novia, Niall. –Escuché la voz de Louis.
- Hablo aquí el orco, de feos. –Respondió mi hermano en tono chinchoso.
- Jajajajaja. –Rio Niall fuertemente. Tuve que precisar del sentido del oído para ir andando a ciegas hasta él, que se encontraba sentado en un pequeño sofá.
- Basta ya. Todos sabemos que la más guapa soy yo. –Rechisté mientras me sentaba en el regazo de Niall y estiraba mis brazos para colgarme de su cuello. Su embelesador aroma dulce, entró por mi nariz, haciendo que me ardiera y que mis pálpitos se aceleraran. Iba a extrañar su olor, las reacciones que provocaba en mí con solo el roce de su piel, todo... Solo quería que el tiempo fuera más despacio, lento, para pasar junto a él más y más tiempo.
- Esto no queda así, Zayn. –Dijo Louis con voz enfadada.
- ¿Qué ha pasado con la luz? Que habéis roto esta vez... –Pregunté resignada a que la respuesta fuera la más mínima tontería.
- La verdad es que esta vez, ellos no han hecho nada. Se fue así, de repente. –Me respondió Diana, que se encontraba supuestamente sentada detrás de nosotros.
- Que rar... –No pude terminar de hablar cuando de repente la luz volvió, dejándonos a todos un poco ciegos.
- Solucionado. ¿Os hacen unas pizzas? –Preguntó Niall que se encontraba jugueteando con las puntas de mi pelo.
- Por mi perfecto. ¡Peperoni! –Exclamó Diana mientras se relamía.
- No podemos chicos, tendríamos que estar ya de camino al plató.-Dijo Liam mientras se ponía el abrigo.
- ¡Ay, es verdad! Pues vámonos. –Exclamó Harry que estaba mirándose en el espejo y haciendo cosas raras.
- Espera, ¡¿plató?! –Exclamó Kelly mientras le dirigía una mirada de explicación a Louis.
- ¿Qué haces con tu vida Harry? –Preguntó Diana mientras se reía alocadamente.
- Intento poner caras feas para no ser tan guapo, ni adorable... ni tan sexy, pero no lo consigo. ¡Ayúdame! –Le suplicó Harry a Diana poniéndose de rodillas.
- ¡Hazza, para ya! No vas a conseguir ser tan adorable, ni guapo, ni mucho menos tan sexy como yo. Son cosas hereditarias y de genética... –Le dijo mi hermano mientras ponía cara de creído y me miraba para que me diera por aludida.
- Ah, claro, es verdad Harry, es lo que tiene llevar el apellido Malik, va acompañado de todo eso, pero no te preocupes, que tú eres muy simpático. -Dije riéndome a carcajada limpia, poniéndome roja.
- Ja, ja, ja... Que graciosa la niña esta. –Me dijo mientras me hacía muecas y me sacaba la lengua.
- Harry, retírate que te están dejado muy mal... –Intervino Liam, el cual ya se encontraba al lado de la puerta.
- Ya, será lo mejor... Pero te digo lo mismo que Louis, esto no queda así Zayn y Katia, eh... –Dijo Harry mientras se cruzaba de brazos y se sentaba en la cama al lado de Louis haciendo puchero.
- Pues yo no sé vosotros, si vais a ir a ese plató del que no nos habéis contado nada o si vais a montar en tricornio, pero yo me voy a la cafetería a comer algo, que si no, muero. ¿Alguien se viene? –Preguntó Kelly mientras se frotaba la tripa con las manos haciendo círculos.
- Yo… no tengo hambre ahora, cenaré más tarde. –Dije mientras me ponía en pie y me dirigía a coger mi bolso, pero no pude continuar mi camino debido a que las manos de Niall me retuvieron cogiéndome de la cintura. Al girarme a verle, me topé con su mirada de cordero degollado.- Anda, ve con ella cariño, estoy revuelta y un poco cansada... –Le dije mientras le daba un beso en la frente.
- Yo también voy, que antes al subir he visto los postres y creo que se van a quedar sin tiramisú. –Dijo Diana mientras se acercaba a Zayn, le decía algo al oído y seguidamente tiraba de su mano para que la acompañara.
- Yo te acompaño. –Le dijo Louis a Kelly mientras se levantaba de la cama, dejando solo a Harry.

Finalmente las dos parejitas y Niall se fueron a la cafetería, dejándonos solos en la habitación a Liam, Harry y a mí. Me acosté en la cama, tan blanda, suave, fresca, cómoda… que solo el mirarla incitaba al sueño más profundo. Ya estaba casi dormida, viviendo en la medio realidad, cuando Liam me despertó cariñosamente. Al abrir los ojos un escalofrío me bajo desde el cuello hasta los dedos de los pies; era una sensación bastante incomoda.

- Enana, te han llamado muchas veces y creo que tienes un mensaje. –Me dijo Liam mientras me pasaba mi móvil.
- Katia, ¿Quién es “J”? –Me preguntó Harry intrigado.
- ¿Qué quién es quién? –Le pregunté mientras bostezaba y me frotaba los ojos.
- J. ¿Quién es? –Volvió a preguntar insistente.
- No conozco a nadie que se llame J, la verdad… ¿Por qué lo dices? ¿Debería de conocerlo? –Le interrogué ahora yo. Todavía estaba en babia, necesitaba un café urgentemente.
- Es que en el rato que te has quedado dormida no parabas de repetirlo. Hasta hubo una vez que dijiste “J tu eres mi novio” –Dijo imitando mi voz.- Pero Liam no me cree. –Continuó, mientras negaba con la cabeza.
- Yo sinceramente no te he escuchado decir eso, solo que balbuceabas palabras sin sentido. Dabas mucha gracia, y ponías tono de niña pequeña. –Rio Liam mientras se tiraba en plancha a mi lado en la cama.
- Ay dios mío... Qué vergüenza. –Dije poniéndome roja mientras me cubría la cara con las manos.- Que raro, no he soñado nada, y si lo he hecho, no me acuerdo. –Dije como si estuviera hablando conmigo misma.
- De repente es J de James, de Niall James Horan, ¿no? –Dijo Liam mientras jugaba con una pluma que se le había salido a la almohada.
- Si, o de repente es de un ex novio que hayas tenido. Venga Kat, cuéntanoslo. Esas cosas son del pasado, no se lo contaremos a nadie y menos a Niall. –Me dijo Harry en tono de súplica.
- ¡¿Pero qué cosas dices?! Anda cállate ya rizos… –Le respondí a la vez que le tiraba un cojín, antes de volver a entrecerrar los ojos, ya que lo único que me pedía el cuerpo, era aunque sea dormir otros diez minutos más.
- ¡Ay! Que agresiva… La Kat saca las garras, ¡su lado más feroz! –Dijo Harry mientras arañaba en el aire como si fuera un gatito.
- Si lo peor, es que en el fondo te tengo aprecio, jaja. –Dije mientras daba por perdido volver a conciliar el sueño, ya que ahora, sí que me sonaban las tripas.
- Bueno cambiando de tema… ¿Sigues con la búsqueda de mi chica? –Me preguntó Liam con una gran sonrisa en la cara, y la mía se descompuso después de escucharle.
- ¡Oh, Liam lo siento! Se me olvidó por completo, con todo lo que ha pasado no he tenido tiempo. –Le respondí con tono apagado y de disculpa.
- Bueno, no pasa nada, tú ya me avisas. –Me respondió guiñándome un ojo.- La verdad, no sé si decirte que ya no hace tata falta que busques… –Dijo poniéndose rojo, mientras hundía su cara en la almohada.
- ¡LIAM SE HA ECHADO NOVIA! ¡¡WOOHOOO!! Yo también quiero… –Dijo Harry, haciendo que recordara que también tenía que ayudarle a él con lo mismo.
- ¡Jopetas, me había olvidado también de ti, Harry! –Dije después de resoplar angustiosamente.- Bueno Liam, ¿entonces qué? ¡¿Quién es la afortunada?! ¿La conozco? –Le avasallé de preguntas, mientras me terminaba de sentar en la cama más cerca de él, dispuesta a que me contara todo; Harry igual de cotilla que yo, se sentó con nosotros en la cama.
- Claro que la conoces. Llevo hablando por WhatsApp desde el día que la conocí, y de verdad que si no hablamos durante un día o más, me siento incompleto, tengo la necesidad de saber cómo esta. ¿Me estoy enamorando? –Nos preguntó poniendo cara de asombro.
- ¡¿Pero quién es?! –Le preguntó Harry mientras me lanzaba una mirada de compenetración a la espera de que el nombre de la chica saliera por su boca.
- Es… Es… –Liam empezó a hablar pero sus palabras empezaron a desvanecerse de mi mente cuando me acordé para que me había despertado, Tenía cinco llamadas perdidas de un número desconocido y un mensaje.

*Mensaje número Desconocido*
Sé tú secreto. Vas a sufrir.

Respiré profundamente y guardé el móvil en mis jeans. Todo estaba volviendo a ser como antes ¿y ahora esto? No. Me niego en profundo. Empecé a rebuscar en cada rincón de mi mente, quien podría ser el responsable del mensaje, o de la “broma”. Todos los pensamientos me rebalsaban ya la cabeza, respaldados por el murmullo de Liam, que todavía estaba hablando sobre esa chica misteriosa. ¿Qué debía hacer? ¿Contárselo a Niall, o callarme y pasar del tema? No quería que esto se me fuera de las manos, de repente solo era eso, una simple broma… y si se lo contaba a Niall podría hacer de una gota un gran vaso de agua. Así que lo mejor será no abrir la boca y dejar esto de lado y se olvide.

- ¿Katia? –Me dijo Liam mientras me hamaqueaba con las dos manos.- ¡Qué te evades!
- ¡Oh! sí, lo siento chicos. Es que… me ha llegado un mensaje de… ¿mi hermano? –Dije poniendo cara de desesperación porque no pillaran mi mentira.- Que… me ha dicho que baje, porque en el restaurante están mis palmeras preferidas, esas que son mitad de chocolate blanco y la otra con chocolate negro. –Finalicé con una media sonrisa mientras que me levantaba del colchón.
- Bueno, ¿entonces qué opinas de la medio “novia” de Liam? –Me preguntó Harry justo cuando iba girar el picaporte.
- Pues… Esta genial, ¿no? –Ambos me miraron con cara incomprensible.- Ay, lo siento, estoy en mi mundo. ¿Al final quién es? –Dije con tono de resignación.
- Es Perrie, tu compañera del instituto. –Me respondió Harry, esta vez con tono serio.
- ¡¿Qué?! –Grité a la vez que tosía debido a que me atraganté del asombro.- ¡Qué monos! ¡¡Felicidades!! –Le dije mientras me acercaba a él a darle un abrazo.
- Yo también quiero… –Me reprochó Harry como si fuera un niño pequeño, mientras que enredaba en su dedo en mi mechón de pelo morado.
- Que quieres, ¿Un abrazo o una novia? –Le respondí mientras que le sacaba la lengua.
- Yo quiero una novia que me haga mimos, pero de momento me conformo con un abrazo tuyo. –Me dijo mientras que extendía los brazos, reclamando su abrazo correspondiente.
- Ah, bueno… –Le di el abrazo.- Ahora vuelvo, me muero de hambre. Dije ya saliendo de la habitación.
- ¡Katia! –Escuché un pequeño murmullo después de haber cerrado la puerta.
- ¡Qué! –Grité pegando la oreja a la puerta para escuchar bien la respuesta.

- ¡Cuando bajes, diles a los chicos, que ya vayan subiendo que queda media hora para salir! –Me contestó Liam al otro lado de la puerta. Procesando la información, estuve los suficientes segundos pegada a la puerta como para escuchar unos sonidos rarísimos. Fui arrastrando la cabeza por el resto de pared hacia la derecha, hasta que llegué a la otra superficie lacada. Cuando levante la cabeza lo único que pude ver, era el pequeño letrero de la puerta vecina que ponía “669”.

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