martes, 17 de diciembre de 2013

Capítulo 27, “No te quedes conmigo...”

- ¡Estás que! –Volví a gritar, aún más nerviosa.
- ¡Creo que estoy embarazada! –Me respondió en un pequeño susurro ahogado, mientras se derrumbaba y caía sentada otra vez sobre la pequeña silla del probador.
- Venga Diana por favor, no te quedes conmigo… Dime ya lo que te pasa. –Dije riéndome como si lo que me hubiera dicho fuera la mentira más grande que hubiera escuchado.
- Katia, ¿te parece que te estoy mintiendo? –Me preguntó mirándome fijamente a los ojos. Tenía todo el rastro de lágrimas de color negro del rímel, lo que hizo que la situación fuera más dramática.

Ahora sus palabras eran mucho más convincentes y todo me empezaba a cuadrar en la cabeza como un pequeño puzle. La supuesta gastroenteritis, con dolores de estómago y vómitos, lo borde que se encontraba, en general, su comportamiento. Creo que mi cuerpo necesitaba oxígeno ya que no podía respirar, me resultaba difícil. Mi rostro se mostraba inerte, no sabía cómo reaccionar. ¿Angustia, felicidad… enfado?

- Diana. –Dije al reaccionar. Me agaché para abrazarla. Quería que sintiera que no estaba sola. Ella sabía que nunca permitiría que le pasara algo malo.
- Lo siento Kat, te lo debería de haber contado antes. Pero no tuve oportunidad. Me he comportado como una cría, como una idiota. –Me dijo en un susurro entre lloros.
- Tranquila mi niña. Hoy te quedas en mi casa a dormir, voy a llamar a tu madre. Ponte tu ropa y cuando termines, me das el vestido para ir a pagar, que ese te queda de muerte. –Dije mientras salía del probador y rebuscaba mi móvil en el bolso.

*Conversación telefónica*
- Yo: Hola, buenas tardes señora Tisdale.    
- Roxana: ¡Hola Katia! ¿Qué tal todo? ¿Ya encontrasteis vestido?
- Yo: ¡Sí! Su hija irá preciosa a la fiesta. Esto…
- Roxana: Dime Katia, ¿Qué pasa?
- Yo: La llamaba para pedirle permiso para que su hija se quedara esta noche a dormir en mi casa.
-Roxana: Pero Katia, estamos entre semana…
- Yo: Ya lo sé… Pero es que nos acabamos de acordar de que tenemos que entregar un trabajo que tenemos a medias. Lo hubiéramos terminado, pero con lo del viaje, se nos olvidó…
- Roxana: Ay, que cabezas locas… Bueno, su padre pasará a recogeros mañana a la misma hora de siempre. Que os sea leve el trabajo.
- Yo: Muchísimas gracias Roxana. A ver cuando nos vemos.
- Roxana: Nada… Mándales saludos a tus padres de mi parte y a tu hermano. Hasta luego.
- Yo: Adiós, hasta luego.
*Fin de la conversación telefónica*

- Toma Kat. –Dijo Diana extendiendo el brazo fuera del probador con el vestido en la mano.- ¿Ya hablaste con mi madre?
- Si, ya está todo arreglado. –Le respondí cogiéndole el vestido y metiéndome en el probador para cambiarme yo también.
- Chicas, ¿estáis? –Preguntó la voz de Marta desde fuera.
- Sí. –Grité.
- Vale, me pruebo un vestido y me voy, que mi primo ya me espera abajo. –Dijo con la voz agitada.

Salí del probador, Diana ya me esperaba afuera, la veía un poco más tranquilizada. Bajamos para reunirnos con las demás chicas, que ya se encontraban en la cola con sus vestidos, dispuestas a pagar. Solo quería llegar a casa y que me contara todo, como se sentía y que tenía pensado hacer. A los pocos minutos Marta se reunió con nosotras. Al salir de la tienda, Marta y Kelly se despidieron de todas. Vi como Marta cruzaba la calle y se subió de paquete en una moto que la esperaba con el motor en marcha. Caminamos cansadas hasta mi casa, donde Zaynab se despidió de nosotras para volver de nuevo al instituto.

- ¿Quieres cenar algo? –Le ofrecí a Diana nada más entrar.
- Que va… No tengo apetito. –Me respondió observando con mucha atención la casa. –Kat, ¿qué le ha pasado a los cuadros y las fotos que faltan? –Me preguntó intrigada.
- Lo que he tenido que hacer para que Zay y Marta no me pillaran… He tenido que esconder todo lo relacionado con los chicos, y todas las fotos familiares, ¡like a ninja! –Le respondí mientras me pasaba la mano por la frente.
- Que chica… ¿Se lo piensas contar algún día de estos? –Me volvió a preguntar mientras subía las escaleras.
- Es una cosa que tengo en mente, en mi carpeta de “próximamente”. Bueno, vamos a mi cuarto. –Dije siguiéndola. Al entrar en mi habitación dejé las bolsas de nuestra gran compra productiva a los pies de la cama y le saqué un pijama.- Toma, ponte esto, para estar más cómodas. –Le tiré a sus manos un pijama de cuerpo entero abrigador de color verde. Yo me puse uno gris igual.
- Katia, no sé qué hacer. –Me dijo angustiada mientras se sentaba en mi cama.
- Pero a ver cuéntame, ¿cómo es posible que estés embarazada si usaste protección? –Le pregunté directa, sin rodeos.
- Es que… Katia, no usamos condón. –Me respondió mirando hacia abajo mientras se mordía las uñas.
- ¡Pe-pero si me dijiste que sí! –Exclamé neuróticamente.
- ¡Es que no quería que me regañarais! No le di importancia… –Gritó nerviosa.
- Pues ahora mira la importancia. –Le dije cogiendo aire y expensándolo sonoramente.
- Pero es que eso no es todo. –Dijo ahora con tono más nervioso.
- ¿Cómo que no es todo? –Pregunté con miedo.
- Lo hicimos más de una vez. –Me contestó llevándose las manos a la cara.
- Madre mía… –Suspiré.- ¿Pero cuándo? Ahí seguro que si usaste condón, ¿no? –Volví a preguntar mirándola de forma evidente.
- Si pero no. –Me respondió poniendo una mueca de desesperación.
- ¡¿Cómo que si pero no?! ¿No sabes si usaste un puto condón? –Ahora grité yo enfadada.
- En el avión, cuando todos dormíais, fuimos al baño. –Calló, poniéndose roja.- Intenté ponérselo, pero como nunca he puesto uno, se rompió. Él se negó, pero una cosa llevo a la otra… Y ya sabes el resto. –Me dijo susurrando.
- Pff, Diana… –Dije mientras cogía un peluche de mi cama y me lo estampaba en la cara.
- Y… Cuando Zayn fue a buscar su IPod al hotel, antes de que volviéramos,  yo le acompañe a la habitación. Nos entró el calentón y tampoco lo utilizamos… –Continuó susurrando tímidamente.
- ¡Guarra! ¡Todo el día como conejos! –Exclamé entre risas para cortar la pequeña tensión.
- Katia, no me digas eso, jo. –Me dijo poniéndose aún más colorada. –Tía estoy cagada de miedo.
- ¿Pero estás segura de estarlo? ¿Se lo has dicho ya a Zayn? ¿Qué piensas hacer? –Le avasallé a preguntas.
- Tengo un retraso, ayer me hice un test y dio positivo. Tía, pensaba esperar unas semanas y volver a hacerme el test o ir a el ginecólogo para estar segura, tampoco quiero decírselo a Zayn y que después sea una falsa alarma. –Dijo razonando.
- Pero entonces, ¿todavía no estás del todo segura? –Volví a preguntar pesadamente.
- A ver, segura, segura, no. Pero joder, los mareos, los vómitos, el test positivo… Si te digo la verdad, me gustaría la idea de tener un hijo con el chico al que quiero, pero ahora no. Soy muy joven. Además, es muy precipitado. –Me contestó reflexionando.- ¿Tu qué piensas que diría Zayn si todo esto no llegara a ser una falsa alarma? –Me preguntó ella ahora a mí, dejándome completamente en blanco.
- Pues la verdad… No lo sé Diana. –Le respondí sinceramente.- ¿Desde hace cuánto que no hablas con él? –Le pregunté tumbándome y poniendo mi cabeza en sus piernas.
- Desde ayer por la tarde. ¿A ti te ha dicho Niall que tendrán descanso dentro de unas semanas? –Me preguntó cambiando el tono de voz a contento, mientras pasaba sus dedos por mi pelo.
- ¡Sí! Quiero que pasen las semanas volando. Podrías contárselo cuando le veas, ¿no crees? –Le dije mientras palpaba la cama en busca de mi móvil.
- Eso es lo que había pensado…  –Dijo mirando al infinito.
- Tengo cientos de llamadas perdidas y de mensajes de Niall. ¿Te apetece hacer una vídeo llamada? –Dije mientras desbloqueaba el móvil, me ponía al lado de Diana y llamaba a Niall sin esperar respuesta de mi amiga. Sabía que si querría.

*Conversación de vídeo llamada*
- Yo: Mi amor, ¿qué tal todo?
- Niall: Hola mi vida. ¡Hola Didy! Por aquí todo genial, terminando las promociones del segundo álbum, y ahora contento de veros. ¿Y vosotras que tal?
- Diana: ¡Hola Niall! Pues…
- Louis: ¡Ah, muy bonito! ¡¿Dónde está mi chica?! ¡¡QUE LA QUIERO VER!! (Aparece al lado de Niall)
- Diana: ¡No me interrumpas Lou!
- Yo: Louis nosotras también nos alegramos de verte.
- Diana: El viernes tenemos la famosa fiesta de Ells y Perrie y lo siento, pero vamos a arrasar.
- Niall: No me habías contado nada de eso, Kat…
- Louis: ¡Tensión…!
- Zayn: ¿De qué fiesta habláis? (Aparece detrás de los chicos, sin camiseta)
- Liam: Yo quiero ir, jo. (Al otro lado de Niall)
- Diana y yo: ¡Hola Liam!
- Diana: ¡Cariño! ¿Qué tal estás cielo? Por favor, ponte una camiseta, ¡que hace mucho frío Zayn!
- Niall: Katia, nos están quitando protagonismo de pareja.
- Yo: Jajaja, que bobo que eres…
- Niall: Ya, pero me quieres…
- Yo: Mucho.
- Louis: ¡Basta de empalagos! Ahora enserio, ¿y Kells?
- Diana: Hoy fuimos a comprar los vestidos para la fiesta, acabamos de llegar a casa hace un rato, Kelly se tuvo que ir a la suya a cuidar de su hermana…
- Yo: Zayn, ¿otro tatuaje? (Tiene un tatuaje alargado en el pecho)
- Zayn: Sé que a Diana le encanta.
- Diana: Me gusta, me gusta, jaja. ¿Qué es?
- Zayn: Ya lo verás cuando nos veamos. (Le guiña un ojo)
- Niall: ¡Katia! ¡¡Nos vuelven a quitar protagonismo!!
- Yo: Que nos lo quiten, nosotros molamos más.
- Diana: Vais a flipar con lo que nos ha pasado.
- Harry: ¿Qué ha pasado? (Aparece en boxers al lado de Zayn frotándose los ojos) Buenos días. (Bosteza)
- Yo: Buenas noches Harold.
- Niall: Ya no puedo estirar más los brazos, imagínate que fuéramos seis en vez de cinco, ¡no entrabamos en la pantalla! Jajaja.
- Harry: ¡Cuenta lo que ha pasado!
- Diana: ¿Os acordáis de Marta? La de las cartas y la pulsera.
- Liam: Si, ayer creo que subimos la foto de sus pulseras a Twitter.
- Harry: Como para no acordarme… Que chica más guapa, vi sus fotos de Twitter y de Instagram y creo que me he enamorado.
- Louis: Eso se llama skaltear… O directamente, acoso. Reconócelo Harry, te metes en su perfil en cada momento para ver donde está, que hace o que dice.
- Yo: Puajajajajaja, puto Louis.
- Harry: Lo reconozco. Soy culpable de enamorarme, jajaja.
- Diana: ¡Que os desviáis del tema! El caso es que, ayer llegaron todos los becados de España y Francia, y entre ellas, estaba Marta y otra Directioner que conocimos en España.
- Yo: Se han hecho muy amigas nuestras, son majísimas.
- Liam: ¿Enserio? Pues yo cuando vaya las quiero conocer.
- Harry: Vosotras ya sabéis a quien quiero conocer yo, jaja.
- Liam: ¿Y la otra Directoner?
- Yo: Se llama Zaynab.
- Zayn: ¡Eh! ¡¡Que se ha copiado de mi nombre!! Jajaja.
- Niall: Chicas, están llamando a nuestra puerta para que salgamos. Ya nos vemos pronto. Te quiero pequeña.
- Yo: Yo más rubio.
- Zayn: ¡Adiós! Te quiero Diana.
- Diana: Te quiero Zayn.
- Louis, Liam y Harry: Nos vemos, adiós.
*Fin de la vídeo llamada*

Capítulo 26, “Modelito perfecto”

- No, no es nada... De verdad. –Volví a mentir tragando saliva. El ladrido de Mofo saliendo de debajo de mi escritorio me salvó.
- ¡Aaah! Que susto madre. –Exclamó Zaynab mientras daba un pequeño salto hacia atrás, tropezando con el cable del cargador de mi portátil y cayendo de culo al suelo.
- Puajajaja, ay que me meo. –Dijo Marta riéndose mientras la señalaba, para después echarse en la cama de costado sosteniéndose la tripa de la risa.
- Ten más cuidado Zay. –Dije ayudándola a ponerse en pie, sin parar de reír. Crucé los dedos porque no siguieran preguntando.
- Ay, que me falta el aire malditas. –Rio Zaynab más fuerte mientras se levantaba.
- Bueno chicas, poneos lo que queráis para estar más cómodas. Nos espera una larga tarde de compras. –Dije corriendo la puerta de mi armario. Mientras ellas buscaban algo que ponerse, escondí la pequeña foto debajo de la almohada. Me senté en la cama mientras cogía el móvil de la mesita de noche intentando disimular.
- ¿Tú que te vas a poner Kat? –Me preguntó Marta mientras se probaba unos pitillos negros.
- Creo que me pondré aquellos jeans, la sudadera de "ZAP!" y las Vans rojas.
- Oh my god. Amo tu sudadera. –Dijo Zaynab mientras la abrazaba.
- También tengo la de "Vas Happenin'?" –Le señalé el cajón donde se encontraba.
- Lo siento si te desaparece misteriosamente, solo quiero que tengas en cuenta de que yo no seré. –Me dijo sacándola del cajón y poniéndosela.
- Pues yo no sé qué ponerme arriba, es que tienes tantas cosas... –Dijo Marta rebuscando en el armario.
- Tengo una que pone "I'm his Mofo", está en el mismo cajón. –Dije mirando la pantalla de mi móvil y quedándome atónita. Cientos de mensajes y cientos de llamadas.
- No te creo. –Dijo buscando como loca.- ¿Sabes que mi segundo twitter es igual? @ImHisMofo. –Comentó finalizando la búsqueda y poniéndose mi sudadera.- Me está perfecta.
- ¡Qué coincidencia! Yo soy @Zaynab_Styles ¿Tu cómo eres en twitter? Digo, para seguirte. –Me preguntó mientras se ponía unos leggins con estampados. Intenté recomponer mi rostro. Madre mía... ¿Esto de las preguntas cuando iba a parar? ¿Sospecharían de mí? No es que no quisiera contarles mi vida, pero no me parecía ahora el momento más oportuno. Sería en plan: “Oye chicas, que Zayn es mi hermano, Liam, Harry y Louis son unos de mis mejores amigos y mantengo una relación en secreto con Niall” Todo muy normal, la vida cotidiana de cualquier adolescente. Si de verdad eran mis amigas, en un futuro lo comprenderían
- Mi twitter es muy raro. Cuando me meta, os sigo, que me acuerdo de los vuestros. –Dije intentando pasar del tema.
- Bueno... Yo ya estoy lista. –Dijo Zaynab mirándose en el espejo.
- ¡Y yo! ¿Cómo que una foto, no? –Preguntó Marta sacando el móvil y poniéndose junto con Zaynab en el espejo.
- ¡Sí! Esperadme un segundo que me visto. –Dije levantándome de la cama para cambiarme el uniforme que tanto odiaba.
- Oye, ¿y tus padres? –Me preguntó Zaynab escribiendo concentrada en su BlackBerry. Me recordó a Kelly.
- Ahora están en España, dentro de algunos días, supongo que mi madre se pasará por casa y mi padre... Mi padre nunca viene. Ya sabéis, negocios e historias. –Dije mientras me ponía las zapatillas.
- ¿Qué morro, no? La casa sola para ti. –Dijo Marta sentada en el suelo, jugueteando con Mofo.
- Ya, eso pensaba al principio. Ahora les echo de menos. –Le respondí con la voz quebrada.
- ¿Entonces vives sola, sola? –Preguntó Zaynab con la frente fruncida.
- Bueno no, antes estaba mi hermano, pero ahora también se ha ido. Me acuerdo de todas esas tardes con él, sus amigos, Kells y Didy... –Mi tono se fue apagando.
- No te pongas triste. Ya verás como todos vuelven. –Dijo Marta arrastrándose por el suelo hasta a mí para darme un abrazo.
- No sé, estoy rara. Les echo mucho de menos, hasta a Diana y a Kelly. Aunque hayamos estado juntas casi todo el tiempo, pero ahora sin ellos, es distinto. –Dije con tono triste. ¿Iría a llorar?- Bueno, no me hagáis caso, creo que me va a venir la regla. –Reí mientras me separaba de Marta y me ponía en pie para ponerme en frente del espejo.- ¿Listas, chicas? –Pregunté poniendo morritos, observando lo mi modelito.
- ¡Foto choni a la de una, dos, y tres! –Gritó Marta enfocando la cámara de su móvil en el espejo.
- Momento inmortalizado. –Dijo Zaynab sin parar de reírse.
- No somos normales... –Dije riéndome, intentando olvidar todo lo de antes.
- ¿Cómo quieres que no lo seamos? ¡Somos Directioners! –Exclamó sonrientemente Marta.

[…]


- Yeah! One, two, three, four! She sneaks out in the middle of the night, yeah. Tight dress with the top cut low. She's addicted to feeling never letting go, whoa. Let it go. –Empezó a cantar Zaynab acompañado de un pequeño baile mientras que caminábamos por una calle con bastantes transeúntes. Marta y yo nos echamos una mirada cómplice.
- She walks in and the room just lights up. But she doesn’t want anyone to know. That I'm the only one who get's to take her home. Whoa, take her home. But every time I tell that I want more. She closes the door. –Continuó Marta la canción mientras se cogía a una farola con una mano y empezaba a dar vueltas a su alrededor, llamando la atención de las personas que pasaban a nuestro lado.
- She's not afraid of all the attention. She's not afraid of running wild. How come she's so afraid of falling in love. She's not afraid of scary movies. She likes the way we kiss in the dark. But she's so afraid of-of-of falling in lo-ooo-ove. O-ooo-oh. –Finalicé la canción más motivada de lo normal. Todavía quedaba una calle para llegar y podía ver a toda la gente mirándonos y señalándonos. No se me ocurrió otra cosa que reír tontamente y seguir caminando como si no hubiera pasado nada. Al cruzar la calle vi de lejos el a Kelly junto con Diana, que ya nos estaban esperando junto a la cafetería. Mientras nos íbamos acercando mi mirada coincidió con la de Kelly y ella se giró rápidamente para avisarle a Diana de nuestra llegada, esta asomó la cabeza y me miró con desagrado, cosa que me hizo sentir incomoda. Intenté que mis facciones no cambiaran pero me fue imposible al escuchar el susurro que Diana le envió a Kelly, “Ya están esas otra vez aquí, pensaba que esto sería una tarde de chicas, como las de antes”. Sus palabras hicieron que me detuviera contemplando los charcos de lluvia del suelo. Pensé que querrían pasar el tiempo con nuestras nuevas compañeras, pero ya veía que estaba confundida… Intentando reaccionar me fijé en el charco que se encontraba bajo mis pies. En él se reflejaba un maniquí blanco sin ropa, desnudo. Levanté la mirada para observar el maniquí que en algún momento llevó el vestido morado del que me enamoré un día parecido a este, acompañada de la presencia de Harry. Sentí una mano en mi hombro que me empujaba incitando a mis piernas a caminar unos pasos más.
- ¡Hola chicas! –Saltó Zaynab cuando estuvimos justo enfrente de ellas, dándoles un beso a cada una en forma de saludo. Mi mirada siguió impactante sobre Diana que fingió una sonrisa a mis acompañantes.
- ¡Hola! ¿Nos habéis estado esperando mucho tiempo? –Preguntó Marta imitando a Zaynab y dándoles un beso a las dos.
- No, que va… Acabamos de llegar. –Respondió Kelly mientras cogía de la mano a Diana.
- ¿Vamos a las tiendas ya? ¿O esperamos a que se haga de noche? –Preguntó Diana de forma brusca y borde mientras que se posaba la mano libre sobre la tripa. Supuse que le seguiría doliendo el estómago por la gastroenteritis, pero no era ninguna excusa para que nos hablara así.
- Si quieres, traigo una mantita de mi casa y nos quedamos a dormir en la calle. –Le respondí irónicamente.
- ¿Y las gemelas? –Preguntó Marta, supongo que para relajar la tensión de la escena que habíamos montado.
- Perrie me ha dicho que no podía venir porque Henry la invitó a comer y… vamos, que no tenía ganas de venir, y que se ha quedado con el viendo una peli y Ells ya tiene modelito –Me respondió Kelly excusándolas.
- Bueno, pues nada… Venga chicas, ¡en busca del vestido más arrebatador para el viernes! –Exclamé canturreando mientras aligeraba el paso para llegar en cuanto antes a la primera tienda de nuestro recorrido. Entramos a Ardene, Zara, Mango, Pinkie, Breshka… Hasta que llegamos a mi paraíso, a TopShop.

A mí solo me quedaba el vestido. Ya había comprado los complementos y los zapatos, nada de bolsos, que lo único que hacen es abultar y estovar. Todas estaban anonadadas por no saber porque hacia eso. Simplemente era una costumbre rara que tenía desde siempre. Además haciendo eso, me obligaba a comprar directamente sin rodeos, el vestido que conjuntara con los zapatos y los complementos que más me gustaron, en vez de estar indecisa.

- Objetivo a la vista. –Dije acercándome hasta un expositor donde se hallaba mi vestido perfecto para la fiesta. Era un vestido negro corto, sin tirantes, con escote corazón, ceñido y en la cintura tenía dos pequeños orificios con forma de rombo tumbado, que dejaban ver la piel. Lo cogí rápidamente.- Me voy a los probadores. ¿Alguna ya ha visto algo, para que me acompañe? –Dije desde las escaleras.
- Yo, yo voy contigo. –Dijo Diana mientras venía hasta donde estaba yo con dos vestidos en la mano, uno blanco y otro verde.  Caminamos juntas hasta los probadores, sin soltar palabra alguna.
- Bueno, ¿me vas a contar ya que te pasa? Escuché lo que dijiste de Zay y Marta y después está esa bordería y la cara de prepotente que llevas encima. –Le pregunté con tono enfadado desde mi cabina mientras me desvestía para ponerme el vestido. Realmente estaba cansada de su comportamiento en aquellas escasas horas que llevábamos juntas. No recibí contestación alguna. Salí de mi probador con el vestido puesto para poder mirarme en el gran espejo que se encontraba fuera.- ¿Ya te lo has puesto? Sal para que pueda verte. –Dije mientras me acomodaba el precioso vestido.
- No quiero. –Me contestó desde detrás de la cortina de su probador.
- Anda, sal ya. –Le dije cansada de esperar. Me asomé cuidadosamente por la cortina y la vi sentada en el pequeño banco.- ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? –Pregunté preocupada.
- ¡¿Qué que me pasa?! ¡Pues que cada día que pasa, estoy más gorda y todo me queda horrible! Vosotras vais ahí con vuestros tipazos y yo… ¡Y yo ya no puedo más! –Dijo poniéndose en pie y mirándose con odio en el pequeño espejo del probador. Entré por completo en aquel cubículo. La observé detenidamente, su rostro, sus curvas, sus manos ahora en puños, y la verdad es que la veía igual que siempre, solo que enfurecida.
- No sé de qué hablas… Si tú estás como siempre y ese vestido te queda de muerte. –Le dije cogiendo sus manos y abriendo sus puños.
- No Kat. –Me dijo negando con la cabeza.
- ¡Enserio tía! No sé qué te verás diferente, pero yo te veo igual de buena, como siempre. –Dije mientras me fijaba en algún cambio en su cuerpo, pero realmente veía todo igual.
- Que no tía, que no… Nada volverá a ser como siempre. –Echó a llorar anclándose a mi cuello como una niña pequeña.
- Sabes que me puedes contar todo, ¿qué ha pasado? ¿La familia está bien? –Le pregunté pasando mi mano por su suave pelo. Asintió con la cabeza sin separarse de mi.- ¿Zayn? ¿Es Zayn? ¿Te ha dicho algo? –Le volví a preguntar y no recibí ninguna respuesta ni gestual, ni hablada.- ¿Qué ha pasado cariño? Cuéntamelo, de repente os puedo ayudar… –Dije cogiéndola por los hombros y separándola de mi para poder observarla. Su cara estaba empapada en lágrimas, le aparté el pelo de esta. Ella respiraba con dificultad.- ¿Le ha pasado algo? ¿Ha cortado contigo? ¡Respóndeme! –Grité exasperada ante su silencio. Me ponía de los nervios ver llorar a una de mis mejores amigas y no saber qué hacer para remediarlo.
- No he estado enferma con gastroenteritis. –Empezó a hablar.
- ¿Entonces? Kells sabe todo, ¿verdad? –Le pregunté recordando la “protección” que mostró Kelly con ella durante todo el día. Le limpié las lágrimas que recorrían sus mofletes y ella volvió a asentir.
- Estoy… –Balbuceó.

Capítulo 25, “Nuevas compañías”

*Narra Marta*

- Haré una llamada. –Les dije alejándome un poco de ellas. Mientras que esperaba a que mi tía contestara, me quedé observando como mis dos nuevas amigas conversaban y reían juntas. La cara de Katia me resultaba tan familiar… Era como si la conociera de haberla visto en cualquier otro lugar.

*Conversación telefónica*
- Rose: ¡Hola!
- Yo: ¡Hola tía! Mira, te quería pregunt…
- Rose: Ahora estoy ocupada, deja tu mensaje después de la señal.
*Fin de la conversación telefónica*

- Pff… ¿Y ahora qué hago? –Me pregunté a mí misma después de resoplar. “Cualquier cosa o problema, no dudes en avisarme enana.” Recordé las palabras de mi primo en la cabeza.

*Conversación telefónica*
- James: ¿Dónde estás enana?
- Yo: James, emm… ¿Si te pido una cosa, te enfadas?
- James: No, dime. ¿Qué ha pasado? Te estoy esperando donde acordamos, ¿estás bien?
- Yo: Si, sí, estoy bien. Es que mi amiga me ha invitado a comer a su casa, para después irnos de shopping, ¿crees que tu madre me dejará? Le he llamado, pero me salta el contestador…
- James: Ve con tus amigas, yo ya aviso a Rose. Cuando termines, me dices donde estás para ir a recogerte, pero por favor, no más tarde de las nueve, que tengo asuntos.
- Yo: Si, no te preocupes. Muchísimas gracias James.
- James: No es nada, pásatelo bien, diviértete.
- Yo: Jaja, gracias, adiós.
*Fin de la conversación telefónica*

- Vale, me dejan, pero mi primo pasa a recogerme a las nueve. –Dije mientras me acercaba a ellas con una gran sonrisa.
- Genial, entonces vamos a mi casa. –Dijo Katia con tono alegre, continuando el camino.

Rumbo a casa de Katia, atravesamos un precioso parque, cuyo suelo estaba plegado de hojas secas. Sobre las ramas de los árboles solo se podía contemplar el rocío congelado. Respirar este aire tan helado, hacía que me estremeciera entera, prefería mil veces el clima tropical de mi país, pero esta nueva experiencia, no la cambiaba por nada.
Pensé que lo que peor llevaría sería introducirme en la pequeña sociedad que se creaba en cada clase. Yo no era la típica chica que llegaba a un lugar y todos sentían curiosidad por saber quién era, pero gracias a aquella voz saltarina que me llamó tras una marabunta de gente y a sus amigas, fue todo lo contrario. Me sentí acogida. Y eso es bueno, creo.

- Esperad un segundo, ahora vengo. –Dijo Katia mientras abría la puerta de aquella casa tan grande y se metía dentro.
- Es gigante tía… –Flipó Zaynab mientras miraba hacia arriba observando la casa entera.
- Imagínate como será por dentro. –Dije observando mí alrededor. Puede escuchar golpes secos que provenían de la casa, uno detrás de otro. Aquel ruido rompió el silencio.
- No sé porque, pero tengo una sensación de conocer a Katia de antes. Ósea, quiero decir, antes de verla por primera vez en Madrid. –Me dijo Zaynab en tono bajo, como si se tratase de algo que no llegaba a comprender del todo bien.
- Yo siento lo mismo, pero no de conocerla, si no como de haberla visto en cualquier otro lado. –Le contesté de la misma manera.
- Sí. No sé. Es algo raro. –Enfatizó cada frase.
- ¿Qué cuchicheáis? Ya podéis pasar, fui a guardar al perro, le encantan las visitas y se pone como loco. –Nos dijo mientras abría la puerta y nos invitaba a pasar.
- Buah tía, que preciosa es tu casa… –Dije observando los cuadros que colgaban de las paredes. Me llamó la atención el color más vivo en forma de cuadrado en dos lugares diferentes, era como si hubieran quitado los cuadros, dejando de nuevo la pared al descubierto.
- Bueno. –Llamó mi atención.- No soy muy buena cocinera, pero sé hacer unas deliciosas pizzas. Mi toque especial es sacarlas de la caja y ponerlas en el horno con mucho amor. –Rio entrando en la cocina. 
- Pues genial, me encanta la pizza. –Dijo Zaynab acercándose mientras se frotaba las manos.


*Narra Katia*

- Joder, que ricas estaban. Va ser verdad eso de que cuando comes con hambre, esta todo más rico. –Agradeció Marta tragándose el último trozo de pizza.
- Tienes toda la razón. –Rio Zaynab dándole un sorbo a su bebida.- Kat, ¿dónde vamos a ir? –Preguntó cambiando de tema.
- Había pensado en ir al centro. Vamos, aquí al lado. –Le respondí mientras recogía los platos de la mesa y me dirigía a la cocina.
- Podrías hacernos de guía turística. Indirecta muy directa. –Gritó Marta desde la mesa.
- Os hago las guías que queráis, pero antes tenemos que comprar el vestido perfecto. –Dije volviendo a la mesa.
- ¿Perfecto? ¿Pero cómo hay que ir? ¿En plan elegante o putón? –Se giró Zaynab para preguntarme con un rostro horrorizado; y la verdad, no sabía cómo responderla.
- ¿Una cosa… intermedia? –Preguntó Marta rompiendo aquel silencio tan incómodo que se había creado hacia unos segundos.
- Tiene que ser un modelito elegante, pero a la vez cómodo, con el que puedas aguantar toda la noche. –Respondí intentado recordar la última fiesta de Eleanor y Perrie.
- ¡¿Pero cómo que toda la noche?! Aunque no lo parezca, soy pequeña y para ser persona por la mañana, aparte de mi cola-cao matutino, necesito haber dormido nueve horas como mínimo. –Dijo Marta poniendo cara aterrada.
- Anda exagerada… Además la fiesta será el viernes, no tienes por qué preocuparte por levantarte temprano. –Le dijo Zaynab con voz relajada.
- Si ya vas con ese pensamiento… Mejor, no vayas. –Le advertí a Marta.- Las fiestas de Perrie y Ells son un desfase. Son mundialmente conocidas como las “Party Hard of London”. –Dije con voz de anuncio.
- Yo quiero una “Party Hard” con Zayn. –Dijo Marta haciendo puchero.
- ¡Anda! ¿Y quién no? –Preguntó Zaynab dando un pequeño golpe sobre la mesa.
- Ay que chicas… –Susurré llevándome una mano a la frente mientras que negaba la cabeza con una sonrisa esbozada en mi cara.
- Pues me estoy planteando si voy o no voy. –Dijo Marta sacándome la lengua.
- Respect me, please. –Le respondí con tono pijo.- Tienes que ir sí o sí. No puedes rechazar esta invitación así porque sí. –Le dije poniéndome seria.
- ¿Y por qué? Ni que fuera tan importante… –Farfulló Marta frunciendo el rostro.
- Es una tradición de la familia Brooks. Toda esa familia ha pasado por la Music and Dramatic Art British Academy. Los tíos y el padre las chicas hacían tres fiestas a lo largo del curso. La primera era de iniciación, estaban invitados todos los del aula, y era donde los “frikis” tenían la oportunidad de encajar en la sociedad de clases que se crea en cada colegio. La segunda, era la de selección, asistían los populares y solo invitaban a los que tenían alguna oportunidad de entrar en aquel grupito. Y la tercera es conocida como “La purga”, se llama así porque eliminan a todos los alumnos que piensen que no podrían encajar en su círculo. –Expliqué detenidamente. Las caras de mis compañeras eran unos cuadros.- Los hermanos mayores de las chicas también las hicieron y este año les toca a ellas. Pero a ellas hacer eso les parece… cruel. Simplemente invitan a la gente que les cae bien. No suelen invitar a los nuevos hasta que los conocen, ¡por eso tenéis que aprovechar! –Continúe hablando pero sus rostros alucinados con las bocas abiertas cual niño mirando la tele hicieron que riera tontamente.
- Son millonetis, ¿no? –Preguntó Zaynab saliendo de su alucinación.
- La verdad es que sí. –Respondí cerrando los ojos y asintiendo con la cabeza.
- Oye, una cosa, ¿son hermanas de sangre? Porque Perrie es muy pálida, rubia y tiene los ojos súper azules y en cambio Eleanor es más morena, castaña y con los ojos marrones verduzcos. –Preguntó Marta totalmente confusa.
- Que va… La señora Brooks después de pasar por un cáncer de útero, no pudo tener más hijos, y ella siempre quiso tener chicas, por eso las adoptó. Ellas dicen que son gemelas, ya que nacieron el mismo día y las adoptaron a la vez. –Dije aclarándole las dudas a Marta.
- Que coincidencia. –Musitó Zaynab.
- No hablemos más de coincidencias por hoy… –Rio Marta cambiando de tema.
- Cierto, que hoy ya ha habido suficientes. ¿Qué os parece si subimos y os termino de enseñar la casa? –Dije poniéndome en pie y encaminándome hacia las escaleras.

Ellas me imitaron y las conduje hasta la planta de arriba. Tuve la necesidad de mentirles, diciéndoles que la habitación de mi hermano, era el cuarto donde guardábamos los trastos y que mi madre tenía la llave guardada. Recé porque no se dieran cuenta del premio Brit que adornaba el pasillo sobre una pequeña mesita. Tenía el estrés por los aires y en aumento.

- Tía me quedo a vivir contigo. –Me dijo Zaynab después de haberle enseñado toda la casa.
- Me harías mucha compañía, la verdad... –Le dije mientras entrábamos en mí dormitorio.
- Kat, amo tu habitación. –Dijo Zaynab investigándola con la mirada.- Y no creas que te lo digo en broma, voy totalmente en serio.
- Es demasiado perfecta tía. –Dijo Marta tocando los posters de la pared.
- Me costó mazo ponerlos todos y odio cuando se despegan. –Reí mientras corrí a quitar mi foto besando a Niall de la mesita de noche.
- ¿Qué escondes? –Me preguntó Zaynab acercándose a mí.
- Emm... Nada. –Mentí.
- Trolas. Enséñanoslo. –Exigió Marta sentándose en el borde de mi cama.