domingo, 13 de enero de 2013

Capítulo 7, “Malentendido”

- Si tío, le dejo la bandeja arriba y bajo a que me lo cuentes. Además, estoy molido, necesito descansar. –Le respondió Liam a Harry.
- ¡Vale, no tardes que si no me quedo dormido! –Gritó Harry desde abajo, todavía tumbado en el sofá. Nosotros ya habíamos llegado a la primera planta. Liam me entregó la bandeja y antes de irse escaleras abajo, me dio un beso en el moflete, acompañado de un rápido “Gracias pequeña, me voy a dormir al sofá”. No me dio tiempo a responderle, ya se había esfumado. Fui corriendo a mi habitación para ver que hacía mi chico. Llegué, cogí la bandeja con una mano, para abrir la puerta, entré y cerré.
- Pensaba que no volverías más. –Me dijo desperezándose y entreabriendo los ojos mientras se sentaba en la cama.
- Lo siento cariño, te resumo: Yo, desayuno, no periódico, salir calle, buzón, periódico, paparazzi, Harry salvar, chica rubia mirarme, sentirme mal, ¡PUM!, Harry y Liam cocina, Harry ibuprofeno, Liam hablar, sentirme mejor, Harry “sex boom”, Liam y yo subir con bandeja, yo entrar, darte un beso, ahora. –Le conté casi sin respirar mientras le daba un pequeño beso en la frente. Me senté a los pies de mi cama y le dejé la bandeja en su regazo. Realmente, estaba cansada y dolorida, pero era verle y recomponerme.
- Wow, ¿pero qué bien te lo pasas sin mí, no? Espera... ¿Harry sex boom? –Me preguntó incrédulo, mientras le daba un gran bocado a la tostada. Pude ver en sus ojos azules, algo de desconfianza. Pensaba que él ya lo tenía olvidado, pero veo que no...
- Jaja, se podría decir que... ¿Sí? Pero no, hubo un momento en el que no me lo pasé nada bien, pero eso ya te lo contaré después, antes respóndeme a una cosa. –Le dije mientras me acercaba un poco más a él. Estaba raro, como en su mundo, creo que pensando en la última pregunta que me había hecho.- A ver Niall, es que he visto tu reacción cuando he dicho lo de Harry, ¿estas enfadado? Porque yo no le veo motivo alguno, eso ya es agua pasada, y tú sabes perfectamente que yo te quiero a ti. Además no hicimos nada, más bien fue una confusión, tú, te confundiste. Le dije mirándolo mientras se terminaba la tostada. Después de unos momentos en silencio, al final me respondió.
- Es que solo de recordarlo... ¡Me entra rencor y a la vez me da risa! Claro que no me he enfadado, pero es una cosa rara. Ya sé que solo me quieres a mí, pero es que en ese momento, cuando recién nos conocimos, yo no sabía que pensar cuando os vi... Y también sé, que no éramos novios, pero yo ya te quería en secreto. –Me respondió relajado y fue justo ahí cuando me vino a la mente ese día y otra vez volví a recordar:

Era un día normal y corriente, iba de camino a mi casa mientras hablaba con Diana por el móvil. Entré en casa. Creo que no había nadie, no había jaleo... Dejé la mochila tirada en el suelo y subí a la planta de arriba. Realmente estaba cansada, tras nueve largos meses en el instituto, había tenido mi último examen. Por fin, ya estaba de vacaciones. Pasaba de ir la semana que quedaba, ya que solo se harían las recuperaciones y la fiesta de fin de curso y no tenía más ganas de nada. Al llegar a mi habitación, solo quería ponerme el pijama y echarme a dormir. Empecé a quitarme el polo, la falda... hasta quedarme en ropa interior y vi desde el espejo de mi armario un gran bulto encima de mi cama, ¿qué era eso? Me giré y fui hasta esta. Lo primero que se me pasó por la cabeza, es que Tom y Bella, se hubieran metido debajo del edredón. La verdad no sabía qué hacía yo con un edredón el pleno Junio... Lo cogí con fuerza, lo retiré y me quedé quieta mirando; lo que había debajo del edredón ¡era una persona!
- ¡AH, KATIA! ¡¡COÑO, QUÉ SUSTO!! ¿QUÉ HACES AQUÍ? –Me preguntó él, todavía con los ojos entrecerrados mientras que se ponía la almohada encima de la cara. Yo estaba de lo más liada, desconcertada, por lo que no reconocí quien era, seguro que lo sabía, pero en ese preciso momento no caía, parecería tonta. Después de un buen rato, de asimilar que un extraño estaba en mi cama, me puse a observar. Él, estaba en ropa interior, llevaba unos boxers negros que ponían el letras grades Calvin Klein, seguí recorriendo su cuerpo musculoso hacia arriba y me topé con una cosa... ¿extraña? Si, ese chico tenía cuatro pezones, no pude evitar esbozar unas pequeñas risas, al hacerlo vi como levantaba por un costado la almohada para mirarme mientras que elevaba una ceja. Por fin le reconocí, vi esos ojos verdes observándome y esos rizos despeinados, totalmente revueltos.- ¿Qué, te vas a quedar ahí parada o me vas a dar un beso? Sé que lo estas deseando, nena. –Dijo mientras dejaba su cara al descubierto. Aunque lo hubiera dicho con tono gracioso, ¿cómo podía ser tan creído? Ya le conocía y se podía decir que ya no tenía vergüenza con él, así que le respondí en su tono.
- ¿Y tú, te vas a quedar ahí, o te tengo que sacar yo Mr. Hoyuelos? ¿Cómo has entrado? ¿Qué haces aquí? ¿Y peor aún, qué haces en mi cama? –Le ametrallé a preguntas mientras le tiraba de la mano para que saliera de esta.
- Uy, la Kat se pone agresiva... Jajaja. –Rio y su pecho subió para coger aire.- Pues mira linda, hemos entrado con las llaves que me dio tu hermano, las tengo desde hace tiempo. Estamos aquí, ya que hoy no nos tocaba grabar y estábamos cansados porque ayer por la noche, nos fuimos de juerga. Y yo estoy en tu cama porque... tú quieres que esté aquí, ¡a que sí! Venga Kat, yo sé que te gusto y tú a mí también y más en ropa interior, grr. –Me dijo en tono vacilón, pero vi que no era broma, para nada, él iba totalmente en serio. Ahora sí que me había pillado en blanco y como no… yo y mi memoria de pez, otra vez estaba haciendo el ridículo, me había olvidado completamente de que estaba en ropa interior.
- ¡Ah, mierda! –Dije por lo bajo mientras cogía el edredón para taparme. ¿Cómo poder resistirme a los encantos del señor Styles? Su mirada persuasiva seguía sobre mí, yo solo se la aparté, mirando al suelo. Pero en mi mente solo había lugar para un chico, ese chico rubio de ojos azules que con solo una sonrisa, me enamoró desde el primer día, pero tenía la sensación, de que nunca pasaría nada con él.- Emm... Harry, jaja, que gracioso ¿no? Jajaja. –Dije entre risas falsas, una risa producida por el nerviosismo.
- No, para nada preciosa, yo no le veo la gracia, lo digo de verdad. –Me respondió, con un tono de seguridad, que realmente me hizo volver a dudar. Vi cómo se incorporaba y se sentaba en el borde de la cama dejando los pies colgados, quedando enfrente mío, mientras me cogía de los brazos y me arrastraba hacia él. Ahora sí que no, yo no iba a ser capaz.
- Harr... –Intenté pararle, pero empezó a darme suaves besos empezando desde el hombro y fue subiendo lentamente hasta el cuello, donde se hallaba mi punto débil.- No, Harry. –Le dije firme, pero sin ningún resultado, ya se estaba aproximando a mis labios.- ¡No Harry Styles, no! –Le reprendí mientras presionaba ligeramente con mis dos manos, sus mofletes, dejando su boca en morros. Tenía cara de tonto, con los ojos súper abiertos y no paraba de mirarme incrédulo. Estuvimos así unos cuantos segundos, hasta que vi que ya no me miraba, sus ojos tenían otra dirección, se perdían detrás de mí. Rápidamente me giré y le vi.
- Ho-hola Niall... No, no es lo que parece, noso... NO ESTÁBAMOS HACIENDO NA... –No pude terminar, vi como desaparecía por la puerta y tras un rato escuché un fuerte golpe, un portazo. ¿Habría pensado que estaba besando a Harry? Porque la verdad, si yo hubiera visto a Harry con los morros así y en calzoncillos, también lo hubiera pensado, pero... ¿por qué se habría puesto así? Ahora sí que estaba paralizada... y estaría con cara de desconexión.
- Katia, ¿estás bien? Espera, pillina... ¡A ti quién te gusta es Niall! Oh, que mona. Tranquila, no te preocupes yo se lo explico todo. Pero... ¿Por qué le tendría que explicar algo? Qué raro se ha puesto, como si le hubiera dolido verte así conmigo... ¡¡Ostias, ya lo comprendo todo!! –Dijo mientras se llevaba las manos a la cabeza, supongo que atando cabos, mientras echaba sus rizos hacia atrás.
- Joder, joder, joder... –Murmuré en voz baja, sentía que empezaba a hacer demasiado calor, creo que ya no por el edredón, sino por la pillada, la de Niall. Harry me había calado y eso no era bueno. Qué vergüenza...- No, no, no, no… ¿De dónde sacas que me gusta Niall? Bah, que chorradas... Já, que cosas tan graciosas dices Harold... –Le dije con voz temblorosa. Esperaba que no notara que estaba mintiendo.
- Katia no lo niegues, te vi, te vi cómo le mirabas y como te pusiste cuando se fue, como si se te cayera el alma al suelo. –Me dijo mientras atrapaba mi mano y la cogía con fuerza. Vale sí, me había pillado. ¿Y ahora qué iba a hacer? Ese secreto me lo había guardado solo para mí y ahora lo sabía el ricitos.- Y la cara de Niall era un poema. Ya lo comprendo absolutamente todo... Todas esas indirectas... Lo bobo que se ponía cada vez que te miraba, que tierno. Yo creo que le gustas y le ha molestado vernos así, por eso creo que se fue, para no armarla... –Continuó, soltando mi mano con delicadeza. Lo que me había dicho, ¿sería verdad? ¿Niall sentiría algo por mí? Y si lo sentía, creo que ahora mismo estaría odiándome. ¡Yo no quería que pasara esto! ¡¡Todo era un malentendido!!- Lo siento, de verdad, no sé qué me ha pasado. Mira pequeña, a mí siempre me has gustado, desde que te vi bajar por las escaleras con Niall, pero aunque no lo parezca, no me atreví a decírtelo. A ver, no es que este enamorado de ti, solo quería probar a ver qué tal, a ver si funcionaba, pero debí de haber parado cuando me lo dijiste por primera vez. –Me dijo sereno mientras agachaba la cabeza, pude ver sus mofletes rojos, supongo que de la vergüenza de haberse “declarado”. Por fin reaccioné.
- Harry, no te disculpes, creo que aquí nadie tiene la culpa. Por favor, no le digas nada a Zayn, que me cuelga... Ni lo de que me gusta Niall, ¿vale? Ahora por favor necesito estar sola. –Dije mientras me dirigía a coger mi ropa del armario.
- Vale, te comprendo y enserio, lo siento de verdad, si hay algo que pueda hacer... De momento voy a hablar con Niall. –Me dijo mientras que salía por la puerta.
- No, eso déjamelo a mí, o aunque sea déjame que lo haga yo antes que tú. –Le pedí un poco más relajada mientras me acercaba a la puerta, el solo asintió con una sonrisa y salió tras ella para bajar por las escaleras. Cerré la puerta y me dispuse a vestirme. Pasaba de ponerme el pijama, ya tendría tiempo de dormir todo el verano. Solo quería ir a buscarlo y hablar con él de lo que había pasado y de mis sentimientos hacia él de una vez por todas, eso, si antes no me desmayaba, pero tenía que coger el valor. Mientras me iba vistiendo me repetía a mí misma, "Katia, tu puedes, no va a pasar nada". Me puse una falda con vuelo, ceñida a la cintura, una camiseta palabra de honor y unas Converse blancas, quería ir guapa pero a la vez cómoda. Me puse un poco de rímel, me hice una trenza espigada a un lado, cogí mi bolso y me dispuse a ir en su busca. Después de todo lo que me habían contado los chicos, sabía dónde encontrarlo. Bajé corriendo las escaleras, Harry estaba todavía allí, me despedí de él dándole un beso en la mejilla, no le di explicaciones, por lo que se quedó extrañado. Paso tras paso, iba pensando la forma en la que se lo iba a explicar. Por fin llegué, le vi dentro, sentado, esperando su pedido. Cogí aire y todo el valor posible, todo el que pude y entré. Estaba temblado, caminé hasta él y posé mis manos sobre sus ojos.
- ¿A qué no sabes quién soy? –Le pregunté con la voz temblorosa, el negó con la cabeza.- Lo siento. –Le dije con tono apagado. No había hecho nada malo, pero me sentía mal por dentro. El solo se giró y se levantó, librándose de mis manos tembleques, se acercó a mí y me quedó mirando a los ojos. Se había acercado tanto, que estábamos a milímetros de distancia, pude ver que sus ojos estaban rojos. ¡Mierda! Había estado llorado, y eso hizo que se me rompiera el corazón.
- Hola. –Me dijo con una sonrisa dibujada en la cara. –¿Estaba contento? Pues yo estaba confundidísima. Me enganchó poniendo sus manos en mi cintura.- Me muero de ganas de hacer una cosa, que desde que te vi por primera vez, no he dejado de pensar cada minuto, cada segundo... ¿Me dejarías probar? –Me preguntó con un hilo de voz. Verdaderamente, los dos estábamos nerviosos, pero era verle, tocarle y empezar a relajarme. Solo asentí mientras que cerraba los ojos. Sentí su respiración, su aroma embelesador, tan cerca de mí... Ese momento era tan perfecto, que me gustaría paralizarlo, para vivirlo durante años. Sus labios se posaron sobre los míos, como una leve caricia, lentamente empezamos a unirnos en un largo, tierno, perfecto, inolvidable beso. Pero algo nos interrumpió.
- Señor. ¡¡Señor!! Aquí tiene su podido, pase por caja para pagar. –Le dijo a voces la cajera de Nando’s. Él se separó de mí, sonriéndome con una cara de felicidad, seguro que yo tenía la misma. Me soltó y se dirigió donde la cajera, yo todavía estaba en las nubes, cuando me di cuenta de que medio restaurante me estaba mirando y cuchicheando cosas por lo bajini. Sentí que Niall me pasaba el brazo por la cintura y me empujaba hacia la puerta.
- Vámonos cielo, no quiero que me reconozcan. –Me dijo susurrándome al oído. Cuando le miré, ya tenía puestas unas gafas negras y la gorra.
- Claro. –Le respondí alegre.
Nos dirigimos a un parque solitario que se encontraba cerca de mi casa. Nos sentamos en un banco y estuvimos hablando y riendo durante horas, mientras que comíamos. Le expliqué lo que pasó con Harry con detalle, que todo había sido un malentendido, no quería que hubiera que esconder nada más. También hablamos de lo que sentíamos el uno por el otro, nos dijimos cosas verdaderamente muy bonitas...
- Bueno Kat, entonces… ¿quieres ser mi novia? –Me dijo avergonzado mientras miraba el suelo. Tierra llamando a Katia… ¡Que me lo había pedido! Me quedé paralizada durante un buen rato, hasta que me acerqué a él, dándole un beso, un beso intenso.
- ¿Eso me lo tengo que tomar como un sí? –Me preguntó acariciándome la mejilla.
- Eso es un sí. –Le respondí sonriendo mientras negaba con la cabeza y sujetaba su mano contra mi mejilla.
- ¿Si? ¿¿Si?? Digo… ¡Sí! ¡Wohoo! –Cogió mi cara entre sus manos y me acercó rápidamente a mí para darme un beso efusivo para después ponerse en pie y ponerse a dar saltos como loco por el parque.- Katia me has hecho muy feliz. ¿Y sabes qué? Que te quiero, te quiero, te quiero, ¡te quiero! –Me dijo gritando eufórico mientras me daba besos por toda la cara y finalmente me abrazaba. Lo único que yo podía hacer ante su reacción era corresponderle y sonreír, sonreír como una verdadera bobalicona. ¡Me quería! Y yo a él. Creo que este día no lo olvidaremos ninguno de los dos, fue muy especial, con sus inconvenientes, pero que sin ellos, no hubiera sido perfecto.
Y volví a la realidad:

- Nialler, amor, no sé qué hacemos hablando de esto… Ese tema ya estaba zanjado. Harry para mi es uno de mis mejores amigos, pero nada más. Te quiero y pase lo que pase, siempre te querré. –Le dije mientras retiraba la bandeja de su regazo para sentarme encima de él.
- Tienes razón cariño, he sido tonto, un tonto celoso. Ni siquiera me contaste el porqué de lo de “Sex Boom” pero es que en cuanto se refiere a ti, ¡siempre me pongo celoso! Y más ahora que dentro de una semana me voy. Katia que yo te quiero mucho más. –Me volvió a asegurar, besándome la mano y en respuesta le sonreí.
Le conté todo lo que me pasó cuando bajé a prepararle el desayuno y entre risas y risas, pasamos el día en mi habitación, era la mejor forma de aprovechar el día, junto a él, el amor de mi vida.

Capítulo 6, “Confidentes”

Estaba abrumada, ahí abajo, solo conocía a Harry y a Liam y todos me miraban, todos, pero la mirada que más me incordiaba era la de la rubia. Como no me dejara de mirar, lo llevaba claro. Me estaba empezando a sentir mal; yo y los lugares cerrados con mucha gente, nos llevábamos de pena, ya dejando aparte lo de los paparazzi, que cada vez que lo recordaba, sentía como se me revolvía el estómago. Lo de que Niall y yo estábamos juntos, sólo lo sabían los chicos, Kells y Diana, ¿por qué? Porque yo no quería eso, yo quería tener una vida privada, en la que pudiera abrir una revista sin tener que encontrarme mi vida publicada en ella. Por eso le supliqué a Niall que no lo hiciera público, porque no quería que pasara esto. Nada más me preguntaron: “¿Es Liam? ¿ES NIALL?” La última pregunta volvió a rebotar en mi cabeza y se expandió por todo mi cuerpo, hasta llegar otra vez a mi estómago, donde parecía que estaba empezando la tercera guerra mundial, estaba muy revuelta. Me estremecí, erizándome entera y derrepente... ¡PUM! Parecía que me habían clavado algo en el estómago, inmediatamente, me lleve los brazos hacia la tripa, dejándolos abrazados alrededor de mi tronco, agachándome e inclinándome un poco hacia delante. El periódico se encontraba en el suelo. Y otra vez: “¿ES NIALL?” y ¡PUM! Pinchazo en el estómago, esta vez dejé escapar un pequeño gemido, producido por el dolor, dejando entreabierta la boca.
- Kat, pequeña, ¿enserio que estás bien? Porque no me lo parece. –Me preguntó Harry no muy convencido.
- No, Harry, no. Me encuentro fatal, llévame a la cocina, por favor. –Le respondí, con dificultad en un sollozo, lo suficiente alto para que me pudiera escuchar, mientras que intentaba incorporarme.
- ¡Oh, Katia! ¡Ahora sí que estas pálida! Vale enana, no te preocupes, vamos a la cocina. –Me dijo mientras recogía la prensa y se agachaba para coger mi brazo, todavía anclado alrededor de mi tronco y se lo pasaba por encima del cuello.
- Muchas gracias Harold. –Le agradecí, mientras hacía el tremendo esfuerzo de caminar, todavía, con mi brazo libre abrazando mi estómago.
- Hey, Kat, ¿te encuentras bien? –Escuche gritar a alguien a lo lejos, cuando ya estábamos a punto de entrar a la cocina. Me giré para ver quién era, no lo divisaba hasta que vi a un chico levantándome la mano. Era Liam, tan atento como siempre.
- No, no está bien. No sé lo que le pasa. –Respondió Harry por mí. Realmente, parecía angustiado. Sentía que el pinchazo, iba desvaneciendo poco a poco, pero el dolor, persistía, como un moratón. De repente, vi que Liam se levantó corriendo, echando a un lado a la rubia. Esta le enganchó del cuello del polo, tirando de él hacia ella, embelesándolo. No sé lo que intentaría, pero parecía que se le caían las bragas por él. Liam solo le dijo algo, algo que hizo que la chica lo soltara y se quedara mirándome con cara de asco y pude notar que en su mirada, había odio. ¿Yo que la había hecho? ¡No la conocía de nada! Liam se giró, dándole la espalda y se dirigió hacia nosotros.
- Dios, si las miradas matasen yo ya estaría muerta. –Dije en un susurro tan bajo como pude para que Harry no pudiera escucharme, pero creo que no lo logré, él me quedó mirando con una cara extraña.
- ¿Qué? ¿Me dijiste algo? Porque no te escuché, estaba mirando a la rubia que estaba con Liam, no paraba de mirarte. Hubo un momento en el que me dio miedo. –Me dijo volviendo la mirada a Liam, que ya estaba casi llegando.
- Nada, da igual, déjalo. –Le respondí. No quería que se enterara Liam, que ya estaba a mi lado.
- Linda, que te pasa, ¿te llevo al hospital? ¡Estas pálida! –Me dijo Liam con tono preocupado, mientras me cogía el otro brazo y se lo pasaba por el cuello, imitando a Harry.
- No, ya estoy más o menos, solo necesito, que me llevéis a la cocina y que me busquéis un ibuprofeno. –Dije con la voz apagada. Me sentía desprotegida sin nada cubriéndome la tripa.
- Venga pequeña, solo unos pasos más. –Me animó Liam. Yo todavía seguía encorvada, no tenía fuerzas, para ponerme derecha. Por fin, llegamos a la cocina y Harry dejó el periódico en la bandeja que ya había preparado y se puso a buscar como loco el ibuprofeno. Liam, me sentó en la encimera, mientras me daba un cálido abrazo.
- ¿Y eso? ¿Cuéntame, que te ha pasado? –Le pregunté a Liam mientras le daba un beso en la cabeza. Desde algunos meses atrás, nos contábamos todo, él me contaba sus preocupaciones y yo las mías, los dos éramos confidentes del otro. Verdaderamente sentía que me comprendía; él decía que yo era su psicóloga personal y que se sentía mejor después de hablar conmigo.
- Ay... pequeña, ahora no, estoy preocupado por tu dolor, ¿qué te pasó? –Me preguntó todavía abrazado a mí. Parecía un niño pequeño.
- Jaja, que mono eres… Ya nada, todavía me duele, pero ya no es tan intenso, es que fue un conjunto de cosas. Estaba agobiada... y los paparazzi creo que sospechan algo de Niall y yo y tú ya sabes lo que pienso de eso. –Le dije apoyando mi mejilla en su cabeza.
- Pff... Que putada ¿no? Pues espero que no lo descubran. Por cierto, ¿qué hacían ahí fuera? Supuestamente, dijimos que estábamos en el estudio, para que no nos molestaran. –Dijo separándose y poniéndose enfrente de mí, mirándome.
- Si Liam, espero que dejen el tema de lado porque… También me preguntaron si estaba saliendo contigo. –Reí nada más decirlo y el hizo lo mismo.- Y bueno yo... es que no sé si decirte... pero antes respóndeme a una pregunta... ¿Quién era la rubia con la que estabas antes? –Le pregunté hablando lentamente.
- Emm... Kat, por más que lo intentes, no podrás hablar tan... lento y sexy como yo... –Me dijo Harry, interrumpiéndome mientras me entregaba el ibuprofeno en la mano, a la vez que me daba un vaso con agua.- ¡Joder! Lo que me ha costado encontrarla, ¿tus padres tienen algo contra los medicamentos? Jaja. –Me preguntó mientras reía con ganas, Liam y yo lo imitamos.- Bueno, ya es “tarde” le voy a decir a los invitados que se vayan yendo. Vamos que les voy a echar con educación, bueno... les voy a echar diciendo, “¡CUIDADO, HAY UNA BOMBA, DESPEJAR LA CASA, DESPEJAR LA CASA! Y cuando no haya nadie, diré, “¡YEAH, I’M A SEX BOOM!” –Dijo mirándonos con una cara de, “sí, lo he dicho y no me arrepiento”. Liam y yo nos empezamos a descojonar en su cara y el no tuvo más remedio que reírse también. Salió de la cocina mientras se peinaba agitando su cabeza y pasando sus dedos por sus rizos.
- Bueno, ahora que se ha ido... Mira, esa chica, la rubia, se llama Cristina, me dijo que era “íntima” de tu hermano. Primero intentó hablar con Harry, pero yo creo que él, le caló a la primera y pasó de ella, y después se acercó a mí y tú sabes que sería incapaz de pasar de una chica, me sacó conversación y empezamos a hablar. Parecía agradable, hasta que...-Me dijo, con un tono sincero y se paró en seco.
- ¡¿Hasta qué...?! –Le pregunté un poco exaltada, necesitaba saber un poco de esa chica y el porqué de sus miradas de odio. Ya me sentía un poco mejor, me podía estirar, ya no estaba encorvada.
- Pues haber, ¡yo no quería nada con ella! Pero bebí más de lo que debía, y se me fue un poco la cabeza y cuando me di cuenta, ya... nos estábamos besando. A ver, la chica es mona, pero tiene algo que me echa para atrás, en la mirada tiene maldad. La verdad, es que me arrepiento de haberla besado. -Me dijo con voz triste mientras agachaba la cabeza rascándose la nuca.- Y lo peor es que era una lapa, no se despegaba de mí, me estaba agobiando, ¿viste cuándo estaba sentada encima de mí? –Me preguntó incrédulo, y yo solo asentí.- Pues cuando te pregunté que si estabas bien y Hazza me dijo que no, me levanté corriendo, porque me preocupe por ti y era la manera perfecta de escabullirme de ella. Pero la muy pesada me cogió y me dijo que te dejara, que no fuera contigo, que seguro que estabas fingiendo, porque querías llamar la atención y que me quedara con ella. Yo solo le dije que me dejara en paz, que eras mí como mi hermana pequeña, que jamás te dejaría sola y que se fuera con otro, que habían más chicos en la fiesta.- Me dijo acercándose a mí mientras me cogía de las manos, ¿podía haber chico más tierno? Claro está, aparte de mi chico...- Ay Kat, me siento culpable, la chica se habrá sentido utilizada, ¡yo no quería! Pero es que era un poquito pesada. –Continuó diciéndome mientras que veía que se ponía rojo, ¿iría a llorar? Yo creo que sí, tenía los ojos brillantes.
- ¡Eh! Liam, no llores... Yo creo que has hecho lo correcto, se veía que era una pesada. -Le dije con voz compasiva. Mientras le hacía una señal para que me bajara de la encimera.- Además, si te digo la verdad, a mí me ha dado mala espina desde el minuto uno, ella... ¡Ella no paraba de mirarme mal todo el rato desde que Harry me metió en casa! Y cuando viniste conmigo, igual, solo que su mirada, estaba cargada de odio. ¡Pero lo peor es que no sé por qué! No la conozco de nada... ¡Bah! Te lo suelto ya Liam, creo que ella ha llamado a los paparazzi, no me preguntes por qué, pero tengo un presentimiento. –Le dije mientras él me plantaba en el suelo. Ya estaba bien, estaba resentida por el dolor, pero estaba mejor.
- Ya, si después de lo que me has dicho, yo creo que también ha sido ella. –Me dijo mientras posaba su brazo en mi cabeza, yo sólo me lo tomé a juego y caminamos para salir de la cocina.- Katia, espera, tengo que contarte algo. –Dijo parando en seco justo cuando ya íbamos a salir.- Es que... me dejé llevar con Cristina, no sé porque... Aparte de que estaba un poco bebido... Bueno, a lo que voy es que hace mucho tiempo que no tengo novia y me gustaría tener una formal,  que fuera una pareja así como la tuya con Niall, os envidio, pero una envidia buena, eh... Y te cuento esto, para que me ayudes a buscar a mi chica idónea. Hasta que tú no me des el aprobado, no tendré novia. También, me podrías presentar a alguna amiga tuya, ¿qué me dices? –Me preguntó, enseñándome en una amplia sonrisa, sus perfectos dientes después de haberme soltado su discurso.
- ¡Claro que sí, bobo! ¿Cómo me iba a negar a esta proposición? ¡Ni que estuviera loca! –Exclamé con el rostro sonriente a la pregunta que me había hecho. Me encantaría ser la celestina, entre él y su novia, si o si.- Pero... solo una pregunta, ¿Puede ser Directioner? –Le cuestioné mientras elevaba una ceja.
- ¡¿Qué?! ¡Claro que sí, si lo es, mil veces mejor! –Me respondió emocionado mientras me daba un fuerte abrazo.- Bueno, salgamos de aquí, ¿no? –Me preguntó mientras abría la puerta y me hacía un gesto para que saliera yo primero.
- Si... ¡Uy, que me olvido del desayuno de Niall! –Exclamé mientras volvía adentro para coger la bandeja. Cuando llegué otra vez donde estaba él, me la quitó de las manos.
- Che, che, che, che... Trae aquí, yo te ayudo a subirla, que estas débil, y encima, con lo patosa que eres, de repente no le llega el desayuno a Niall, y ahí sí, que la liamos parda. –Me reprendió de forma sarcástica y haciéndome señas para que saliera ya.
- Pobre irlandés mío, está esperándome arriba como hace una hora. Jajaja, que chico... Pues que sepas, que no me caído desde hace un me... Bueno no, me he caído esta mañana, ni bien me he despertado. –Le respondí a su acusación, sin ningún éxito. Definitivamente, era muy patosa. Los dos echamos a reír cuando ya estábamos en el salón y después de unos minutos, me percaté de que ya no había nadie, solo estaba Harry tumbado en el sofá, jugando con Tom.
- Harold. –Le llamé canturreando.- ¿Qué tal tu plan “YEAH, I’M A SEX BOOM”? –Le pregunté ya subiendo las escaleras detrás de Liam.
- Como ves, pequeña, el plan fue un éxito. –Me respondió entre risillas.- Liam, ¿después bajas, no? Te tengo que contar algo sobre Cristina. –Sentenció con voz seria. Su rostro cambió de inmediato, parecía enfadado

Capítulo 5, “La mirada”

Todavía lograba escuchar los gritos y risas de Louis y Kells. Ya habíamos salido de la habitación, yo me sentía bien, verdaderamente muy bien entre sus brazos, como si supiera que estando con él, no me pasaría nada, nunca, jamás. Nos alejábamos lentamente, nos estábamos separando de todo, del mundo, estábamos solo él y yo, solo. Me acurruqué en él, poniendo mi cabeza en su hombro, cerré los ojos y me puse a pensar en todo lo que había pasado desde que me había despertado. En esas escasas horas, había recordado cosas emocionantes. Mis amigas habían pasado seguramente una gran velada con los chicos, había reído a más no poder, también vi cosas que no debía. Tenía que hacerle el desayuno a mi novio… Lo mejor de todo creo que fue que yo había besado por fin a la cosa que más quería en este mundo. Habrá gente que dirá “Katia, solo han sido tres días los que no has besado a Niall” Y yo te respondería “¿Tres días? ¿Me estas vacilando? ¡¿ENSERIO?!” Porque en verdad, a mí me habían parecido tres siglos.
Bueno y así, como así, no había hablado con Kelly y no había “regañado” a Louis. Una pregunta rondaba por mi cabeza todavía; la mesa. La mesa de billar rota. ¿De verdad la habrían roto Kelly y Louis? No me lo podía creer... Era un recuerdo de mi tatarabuelo y mi padre nos iba a matar. Solo de pensarlo, me ericé y se me puso una sonrisilla en la cara.
- ¿Y esa sonrisa? ¿Qué se te está pasando por esa cabecilla loca? ¿Eh? –Me preguntó estrujándome más hacia él.
- ¿Cómo habrán roto la mesa de billar? –Le pregunté como una niña pequeña.
- Katia, te vuelvo a decir, que tú eres la única que piensa y pregunta esas cosas, pero a decir verdad... ¡Tienes razón! Es muy raro. Yo… Tengo mi teoría, pero, no sé... Jaja. –Dijo mientras le salían pequeñas risitas.
- Dime... Jo, ¡no me dejes con la intriga! –Le exigí, todavía parecía una niña pequeña. Recién abrí los ojos y me di cuenta de que nos dirigíamos a mi habitación, quedaba poco para llegar.
- Jajaja, mi teoría es muy lógica... Solo te digo una cosa, “Zayn RompeMesas Malik”. –Me respondió, mientras me miraba elevando las cejas.
- Jajajaja, cielo, después de lo que me he reído, no me hagas reír más, ya tengo agujetas en la tripa... Que gran teoría, ¿no? Pero que bobis eres a veces... Te quiero. –Le dije cogiendo aire después de reír, a lo que él me quedó mirando con los ojos muy abiertos.
- Mentirosa... –Me respondió entrecerrando los ojos.
- Es verdad, no te quiero, nada de nada. –Le respondí a su acusación y sentí como se estremecía y me apartaba la mirada.- Pero nada de nada. –Recalqué, el seguía apartándomela.- Yo no te quiero. Lo que siento es mucho más que quererte. –Le dije mientras le daba pequeños besos por la mejilla, hasta llegar al cuello. Por la cabeza se me había pasado que mis labios pronunciaran el verbo “amar”, pero creo que todavía era muy… ¿precipitado? Bueno, no, ya llevábamos mucho tiempo juntos. Pero… ¿y si se sentía presionado? Prefería que el diera ese paso, además, el seguro que sabía que yo le amaba. Todo lo que había hecho por mí, no se podía comparar con nada.
- ¡Katia, yo un día de estos te mato! Pensé que me lo decías de verdad... Te voy a desapuntar a tus clases de actuación, ¡siempre me haces lo mismo y siempre me lo creo! –Dijo exaltado y regañándome, mientras me dejaba tumbada encima de mi cama. No me había dado cuenta, pero al parecer, habíamos llegado hacía ya unos minutos.
- Esto ya lo hemos hablado Nialler y sabes que no te vas a deshacer de mí muy fácilmente… Yo quiero estar contigo hasta que seamos ancianos y quiero... quiero ver a nuestros nietos correr por nuestra casa, nuestra casa de la playa y... ¡buah! Que digo, tú y yo, por siempre juntos, como si fuéramos jóvenes para siempre, “Forever Young”. –Le dije con una voz relajada y feliz, mientras que estiraba los brazos en señal de que se acercara para abrazarle por el cuello. Él se acercó y le rodeé mientras le daba un pequeño beso y le hacía espacio en mi cama, para que se tumbara a mi lado.
- ¿Forever Young? –Me preguntó acomodándose a mi lado mientras estiraba su dedo meñique, dejando el resto de los dedos como en un puño, como si se tratase de una promesa.
- Forever Young. –Afirmé contundente mientras hacía lo mismo con el dedo meñique y lo entrelazaba con el suyo. Logré ver, que me regalaba una sonrisa, conjunto una cara de felicidad, pero su rostro cambió rápidamente.
- Katia... Mira cielo, no sé cómo te sentará esto, me cuesta mucho, demasiado, decírtelo, pero Zayn me dijo que debía hacerlo ya, así lo ibas asimilando. –Me dijo mientras me apartaba la mirada, otra vez. ¿Pero que era esto? Acababa de prometerme que íbamos a estar juntos para siempre, ¿y me estaba insinuando lo que pensaba que estaba haciendo? Ahora me estaba temiendo lo peor. Me estremecí entera. Por dentro tenía como mil huracanes. No, no podía decirme eso, yo no quería. El notó la reacción de mi cuerpo.
- Dímelo ya, sea lo que sea. –Le respondí en un pequeño sollozo, realmente me esperaba lo peor.
- Amor, que te pasa, no te pongas así... ¡Si todavía no te he dicho nada! –Me reprendió con voz triste y envolviéndome con su brazo.
- No, no me lo has dicho, pero yo sé lo que me quieres decir, se te nota. –Le respondí con un hilo de voz, no podía contenerme por mucho tiempo más las lágrimas.
- ¡Katia Malik! ¿No estarás pensando lo que yo creo no? ¡Dios Kat! No, ¡¡No!! ¿¡Estabas pensando que iba a cortar contigo!? ¿Después de lo que te acabo de prometer? –Me preguntó casi gritando, incrédulo, regañándome, de nuevo.
- Pe-pero no... –No pude contenerme ni un segundo más. La primera lágrima salió y el grifo ya estaba abierto. Empecé a llorar y a llorar y ya no porque pensara que me iba dejar, si no por el tremendo susto y el mal rato que me había hecho pasar.
- Ay pequeña, ¡no! Me dijiste que no ibas a llorar más, ¿te acuerdas? Katia, por favor... ¿Cómo iba a cortar contigo? Ni que estuviera loco de remate, contigo, me ha tocado la lotería. –Me consoló, mientras me daba otro beso, sin yo poder corresponderle. Tenía toda la cara húmeda de mis lágrimas.
- Joder Niall, como para no llorar, ¡me asustaste! –Exclame tirándole una almohada después de separarse de mis labios.- Ya paro, no te preocupes, no más lágrimas, ahora, mientras me tranquilizo, dime lo que me tenías que decir. –Dije mientras me secaba las lágrimas de la cara.
- Haber... Lo que te quería haber dicho, es que no nos vamos a ver en algún tiempo cielo, estos días hemos estado juntos, porque los chicos y yo hemos estado de vacaciones. –Me dijo mientras me ayudaba a sacarme las lágrimas.
- Pero si sólo lleváis aquí en Londres unos cuantos meses, y ni eso, ¡habéis estado trabajando todos esos días! Que si grabando en el estudio, que si viajes exprés, que si sesiones de fotos, que si firma de discos, ensayos, ¡hasta en los Juegos Olímpicos! Si, "vacaciones". –Dije sarcásticamente.
- Jo, tienes razón... Pero tú sabes perfectamente cómo va esto y te aseguro que el que lo va a pasar peor, soy yo. –Me respondió comprensivo.
- No, seré yo, te estaré extrañando cada segundo, eso ni lo dudes. –Resoplé conteniéndome de nuevo las lágrimas.- Bueno, ¿y esta vez, por qué no nos vamos a poder ver durante tanto tiempo? –Le pregunté mientras que me acomodaba en su pecho.
- Esto es secreto y no se lo puedes decir a nadie, ¡pero en nada sacamos nuevo álbum! ¿Adivina cómo se llamará? –Me dijo con cara de emoción.
- Pues... ¿Up All Night Album Revolution? Jaja. –Dije mientras que me echaba a reír.
- Jajaja, esa fue una buena idea… Yo lo propuse y la dejaron como segunda opción, pero no, se va a llamar Take Me Home. –Me respondió mientras jugaba con mi pelo.
- ¡Aww! Take me home, so we can’t stay ap all night... –Le susurré al oído, haciéndole cosquillas.
- Te llevaré a casa cada vez que me lo pidas… Jajaja. –Me susurró con tono juguetón.- Y nuestro single te encantará, se llamará Live While We're Young. –Me dijo, todavía emocionado, como si se tratase un niño pequeño, mi niño pequeño.
- Si, me gusta, me gusta, ¡tiene estilo! Jaja. –Le respondí, mientras reíamos los dos a la vez.
- Prométeme que no estarás triste cuando yo me vaya dentro de una semana. –Me dijo tocándome la punta de la nariz con el dedo.
- Pff, lo intenté... –Le dije no muy convencida, mientras me levantaba de la cama.
- Hey, yo te abro aquí mi corazón y tú... ¿te vas? Muy mal Katia, muy mal... –Me dijo entre risas mientras que negaba con la cabeza.
- Si, me voy pero cuando vuelva con tu desayuno, seguro que me quieres más. –Le respondí mientras pasaba por encima de él y saltaba al suelo.
- ¡Es verdad, ya me había olvidado de mi desayuno! Quiero unas tortitas y unas tostadas con... ¿quedo jamón serrano del que nos trajo Diana ayer? –Me preguntó ansioso, yo, solo revoleé los ojos y asentí.- Bueno pues que sean con doble de jamón serrano y tarta de ayer, si ha sobrado claro... –Continuó como si yo fuera su camarera personal. No sabía cómo le gustaba tanto comer… A ver a todos nos gusta comer, pero es que lo de él era otra cosa a parte... Él, no se llenaba.- Si señor, ¿desea algo más para acompañar las tortitas, las tostadas y la tarta? –Le pregunté con un tono sarcástico mientras ponía los brazos en jarra.
- Emm... no señorita. Bueno sí, ¿podría traerme una taza de chocolate extra dulce y la prensa del día? ¿Si no fuera mucho pedir? Tendrá su propina señorita. –Me dijo en tono gracioso.
- ¡Marchando una de chocolate extra dulce, tortitas, tostadas y tarta, y... la prensa! –Dije casi ahogándome mientras salía de la habitación y me disponía a bajar por las escaleras.
- ¡¡TE ESPERO EN LA CAMA, VUELVE PRONTO, NO TARDES, QUE TENGO HAMBRE, NO MENTIRA, QUE TE ECHO DE MENOS!! –Me gritó y continuó diciendo cosas, pero no las entendí ya que ya estaba casi abajo y con la música no pude escuchar muy bien. Al llegar a la última escalera, casi me caigo, demostrando lo patosa que soy... Llegué abajo y como no, estaba todo hecho un gran desastre. Latas de cerveza por aquí... Tarta en el sofá y encima de mis gatos, patatas en el suelo y... espera, ¿¡una piñata!? Si, por desgracia sí. Los amigos  de mi hermano, lo han perturbado, hasta tal punto que tiene una piñata en su cumpleaños de los veinte... No sé cómo, pero llegué a la cocina atravesando la multitud de gente que había en mi salón. En el camino, cogí a Tom y a Bella, porque algún gracioso, seguro que el alma de la fiesta, se le había ocurrido untarlos en tarta... Así que antes de hacerle el desayuno a mi chico, les limpié, lo bueno es que se quedaron oliendo a tarta. Ya después de quince minutos en la cocina, ya tenía las tostadas, las tortitas, un trocito de tarta que alguien había escondido en la nevera y el chocolate, solo me faltaba el periódico, así que lo dejé todo en una bandeja y me dispuse a ir a la puerta para coger la prensa. Salí por la puerta, estaba abriendo el buzón y sentí una luz en mi cara que me cegó Me quedé con mi cara de “¿WTF?”
- ¡Katia, Katia! ¿O prefieres que te llamemos Kat? ¿Qué tal el cumpleaños de tu hermano? ¿Zayn está dentro? ¿Y los demás chicos, también están? ¿Nos ha llegado información de que estás saliendo con uno de los integrantes de One Direction, es cierto? ¿Es Liam? ¿Es Niall?... –Me preguntaron unos paparazzi sin dejar de hacer fotos. Dios, como los odiaba. Creo que iba a ser la noticia del día. Había salido a coger el correo en camiseta y bragas y a saber cómo estaba mi cara. Estaba con el periódico en la mano, paralizada, no sabía qué hacer. Sentí unas manos que me arrastraba hacia atrás y me metían en casa.
- Pequeña, ¿estás bien? –Me preguntó el chico que me había “salvado” mientras me abrazada, yo solo asentí.- Estas pálida, ¿quieres agua? –Me volvió a preguntar, esta vez mirándome a los ojos y por fin supe quién era; esos ojos de color verde eran inconfundibles.
- ¡¡Mi ricitos!! ¡Gracias, muchas gracias! No sé lo que me pasó, me paralicé, no... ¡No sabía que hacer! Si no estás, seguro que entran a casa, y yo seguiría ahí, sin moverme. –Le dije a Harry nerviosa, con la voz asustada. Vi, que detrás de él, una chica me miraba mal, de arriba abajo.
- Ya, ya paso, tranquila, alguien que seguramente no es amigo de Zayn, les dijo que estábamos aquí. Como odio a esas personas. –Me dijo indignado.
- No sé por qué Harold, pero tengo el presentimiento de saber quién ha sido la que los ha avisado. –Dije mirando a la rubia alta que estaba sentada en las piernas de Liam. Y nada, eh... que no paraba de mirarme mal, la muy descarada...

Capítulo 4, “Primer beso”

- Venga, a la de una, a la de dos y... ¡a la de tres! –Dijo en bajito mientras abría la puerta la puerta rápidamente, pero... ¿Dónde estaban? Niall y yo entramos para cotillear.
- En la cama no están, pero se nota que aquí ha habido acción, jajaja. –Rio con ganas, esa risa que es contagiosa y yo, también reí.
- ¡Aquí! ¡¡Están aquí!! –Dije por lo bajini asomándome por la puerta. -¡¡Están en el jacuzzi!! ¡Oh, qué fuerte! –Dije mientras le daba codazos flojos a Niall.
- Que chicos... que fuerte... que todo... ¡¡Me indigno!! –Dijo sentándose en la cama.
- ¡¡DIANA TISDALE!! ¿Qué haces metida ahí? ¿Y tú? ¡¡ZAYN MALIK!! ¡Tú tampoco te salvas! Uy... ¡Se lo voy a contar a los papis! –Dije con cara de enfado, mientras entraba, pero al final terminé diciéndolo entre risas y canturreando. Los dos estaban sentados dentro del jacuzzi en ropa interior.
- Pues… Eso, ¿qué voy hacer? ¡Darme un baño relajante con Zayn! –Dijo medio escabulléndose y poniendo cara de inocente y demasiado contenta para lo que ella era...
- ¡Kat no te pongas así! Si estas interesada en saber algo, ya te digo yo, que no ha pasado nada, solo han sido... un par de besos. –Me dijo Zayn mientras le regalaba una mirada pícara a Diana.
- Amm, bueno, eso espero, eh... ya te la armaré con lo de la edad más tarde, ¡no te vas a librar! –Le dije desafiándole, pero con una sonrisa dibujada, no quería que pensara que lo decía de verdad, iba de coña totalmente.
- Kat, no te preocupes, no ha pasado nada, después te cuento todo. –Me dijo Diana, serena con la mirada un poco revoloteada.
- Eh, no le cuentes nada ¡Esas son nuestras cosas, Diana! –Le  regañó Zayn.
- Emm... espera, Zayn, ¿qué dijiste antes de besos? –Le pregunté con cara de intriga. Él me lanzó una sonrisa de oreja a oreja como respuesta. No sé si Diana se enteró de mi pregunta, pues se había metido debajo del agua.
- Si, algún beso que otro. –Me dijo poniéndose rojo. Diana salió fuera del agua y yo le lancé una mirada furtiva a Zayn.- Bueno, no me mires así, eh... Si, nos besamos y… mucho, ¿eso es lo que querías escuchar? –Me dijo entre risillas mientras pasaba su brazo por los hombros de Didy.
- Pues... básicamente, lo que quería escuchar, es si ella te ha dado besos a ti, quiero información, ¡dame información! –Le dije riéndome a carcajadas. ¿Su respuesta?, un simple asentir. Había pillado a Diana, ya no había más apuesta que valga, podía besar los labios de mi chico cuando quisiera. Aquí pasaba algo… Diana no había dicho nada al escuchar que Zayn la había delatado. Me acerqué y la mire fijamente a los ojos, estaba un poco ida, entonces, fue cuando me acerqué más y vi que tenían escondidas dos botellas de cava detrás del jacuzzi; una completamente vacía y la otra por la mitad.
- ¡Pero Zayn! Joder... ¡¡La has emborrachado!! ¡Está más borracha que nuestro vecino de enfrente! Y eso ya es decir… –Le dije poniendo mala cara, pero él sabía que no estaba enfadada. Zayn me quedó mirando, haciendo puchero, en señal de que... ¿no había sido su culpa?
- Katia no le digas eso a Zayn, él no tiene la culpa, más bien, él me ha quitado la botella, ¡es más majo...! Jajaja. –Me respondió costosamente dando la cara por Zayn, y en efecto, él no había tenido la culpa; mi hermano y yo sabíamos interpretarnos.
- Ves, Kat, te lo había dicho. Anda no te preocupes por ella, ya la cuido yo. –Me dijo mientras salía del agua y cogía dos toallas, una se la puso él, y otra se la llevó a Diana.
- Bueno, vale. Y tú Didy, ya hablamos más tarde. –Les dije saliendo de esa especie de baño con saltitos a lo Heidi.
- ¡¡NIALL, CUIDADO CON MI HERMANA, QUE TE CONOZCO CON TUS ENCANTOS IRLANDESES!! –Escuché gritar a Zayn desde el baño y a Diana diciéndole algo que ya no llegué a escuchar, Niall y yo empezamos a reírnos.
- ¿Escuchaste todo lo que hablamos? –Le pregunté con una mirada pícara.
- Al principio sí, pero me puse a twitear y a responder a alguna fan que otra y ya sabes que cuando me concentro, me concentro. –Me  respondió mientras que guardaba el móvil en su pantalón.
- ¡Mejor Nialler! Mejor... –Le respondí poniendo una voz de intrigante, mientras que caminábamos hacia la puerta. Si, lo iba a hacer, en cualquier momento le iba a plantar un beso y quería ver qué cara ponía.
- Mira, mejor voy a pasar de preguntar por qué es mejor, me da miedo la respuesta. –Me dijo mientras se volvía a reír.
- Si, será lo mejor cielo. –Le respondí mientras cogía el picaporte para abrir la puerta.
- Kat, tengo hambre... ¿Me haces algo de comer? –Me pidió cambiando de tema al salir de la habitación de mis padres, mientras que se quedaba quieto mirando al suelo y jugando con los dedos índices de sus manos. Verdaderamente, si no supiera que tenía diecinueve años, pensaría que era un niño pequeño.- Anda... si te digo que ayer no cené... seguro que me comprendes. –Esbozó mientras que me dedicaba una de sus más grandes sonrisas y me arrastraba hacia él cogiéndome de la cintura.
- ¿Qué ayer no cenaste? Pobrecillo... –Dije con voz de pena mientras le daba un beso en la barbilla.- Venga, te haré de comer lo que tú quieras, pero solo porque no cenaste, eh... Pero antes me tienes que acompañar al tercer piso, para ver que hacen Louis y Kelly, ¿va? –Le dije con voz dulce mientras le miraba otra vez a esos profundos ojos.
- Por supuesto que si mi niña, ¡pero venga! ¡Vamos rápido! Que ya sé lo que quiero que me hagas de... ¿desayuno? Jaja. –Me dijo enérgico, mientras me cogía en brazos y me subía al tercer piso, que era como un área de descanso, con todo tipo de juegos: una gran tele con Wii, X-box, Play 3 y muchas películas, una mesa de billar, dardos, una mesa para jugar al póker... En nada, ya estábamos arriba, escondidos, para que no nos vieran.
- Niall, míralos, ¡están en ropa interior! Pero espera... ¡¡Louis no lleva nada!! No, no, todavía tiene los calcetines, quien diría que hoy si los llevaría puestos... jajaja. Se está tapando con un cojín, es muy raro, ¿qué están haciendo ahí sentados en la mesa de jugar al póker? –Dije rápidamente, en tono muy bajo, sin dejarle hablar en ningún momento.
- Ya, ¿terminaste de hablar? –Dijo mientras reía.- ¡Mira Katia, la mesa de billar está rota! –Exclamó y me di cuenta de que no la dejaba de mirar. Verdaderamente era flipante, todas las bolas por el suelo, ¡hasta tenía una pata rota!- No es raro, están jugando al strip póker, mira toda la ropa que les falta, está encima de la mesa, y por lo que veo... Kelly está ganando, ¡mira cómo ha dejado al pobre Louis! ¡En calcetines! Yo lo siento... pero no me puedo ir de aquí, sin hacerles una foto y subirla al Twitter, o enseñársela a Hazza. –Me dijo mientras sacaba el móvil del bolsillo de su pantalón.
- Chatos, como atas cabos, ¿no? –Le guiñé un ojo cariñosamente.
- ¿Sabes qué? –Me preguntó cogiéndome de la mano, yo como respuesta asentí.- Pues que es la segunda vez que me guiñas el ojo desde que nos conocemos y la millonésima vez que me matas, pero esta es la segunda muerte por un guiño. -Me dijo poniéndose un poco rojo. Me hacía gracia lo “cursi” que podía a llegar a ser. Yo antes no era cariñosa con casi nadie, el en cierto sentido me había cambiado. Por eso le quería, le quería tal y como era.
- Aww, que cosas más bonitas me dices... –Le respondí poniéndome seguramente el doble de roja que él.- Si supieras las veces que tú me has matado, ya estarías en la cárcel. –Le dije poniéndome aún más roja, sentía como por mis mofletes circulaba más sangre de lo normal y también sentí como me soltaba la mano, para hacer la foto con el móvil por lo que reaccioné rápidamente.- ¡No, Niall, no! Qué nos van a dess... –Le dije en voz baja aunque parecía que estaba gritando, pero fue demasiado tarde... ya había hecho la foto y como no, ¡toma flash! Y con sonido y todo.
- ¡AAAAH! ¡¡PAPARAZZIS!! ¡CORRE KELLY, CORRE Y NO MIRES A ATRÁS, SALVA TU VIDA PEQUEÑA! –Dijo Louis al ver el flash, con tal mala suerte, que se levantó para salir corriendo, y se le cayó el cojín, que era lo único que le servía para taparse. Y... ¡toma! Otra foto con flash, lo que yo creo que le cegó y cayó al suelo.
- Pero que tonto eres, ¡me asustaste Lou! ¡Solo son el irlandés y la golfilla de su novia! –Dijo Kelly mirando hacia nosotros, que ya nos encontrábamos en el suelo, meándonos de la risa, cogiéndonos la tripa por el dolor que producía el tanto reír. Ella seguía sentada, como si no hubiera pasado nada.
- PUAJAJAJAJA. –Reía Niall a más no poder y yo junto a él, ¡se nos escapaban las lágrimas!
- ¡Ay, ay que me meo! ¡¡Ayudarme por favor!! Jajajajaja. –Dije mientras no paraba de reír.
- Pero que gentuza... Y yo que pensaba que erais mis amigos. –Dijo Louis mientras se reía y se levantaba del suelo y se quitaba del cuerpo las cartas que se le habían pegado en la caída. Él no se había dado cuenta, pero estaba como le trajeron al mundo, excepto por los calcetines... Niall y yo seguíamos riéndonos aunque yo tenía los ojos abiertos como platos, y si, estaba flipando un poco, con la mercancía del señorito Tomlinson. Cuando Niall se dio cuenta en lo que se centraba mi mirada, intentó parar de reír, pero no pudo, solo posó sus manos delante de mis ojos para que no pudiera ver más y me llevo hasta su pecho. Sentí que quitaba una de sus manos de mi cara, para coger el móvil que había dejado en el suelo, ¿qué estaba haciendo? Me libré de su mano, y vi que estaba haciendo un vídeo y ya llevaba más de cinco minutos grabados... ¡Ese vídeo iba a ser mortal!
- Emm... Lou, precioso, ¿por qué no te tapas un poquito? A mí, la verdad, es que no me da nada de gracia. –Dijo Kelly intentando no reír, forzando una cara seria que no duraría mucho.
- Pe-pero, ¿a qué te refieres Kells? –Le contestó Louis tan pancho.
- Pues... no sé... de repente a que el “pequeño Tommo” está pasando algo de frío, ¿no? –Dijo Kelly en tono sarcástico. Yo estaba que no podía más... necesitaba un baño en breves.
- ¡AAAAH! ¡¡MI PEQUEÑO TOMMO AL DESCUBIERTO!! Pero que descarado que eres “pequeño Tommo”. –Dijo mientras se tapaba con las dos manos y buscaba el cojín o... preferiblemente sus calzoncillos. De repente Niall giró el móvil para grabarnos a los dos.
- Bueno, señoras y señores, espero que les haya gustado y que se hayan reído tanto como nosotros. ¿No, Katia? –Me preguntó mientras me enfocaba solo a mí.- Pues con esta preciosidad, nos despedimos. –Dijo poniéndose a mi lado y moviendo la mano en señal de despedida.- Adiós.
- ¡No, espera! No lo pares todavía. –Le dije mirándole a los ojos, los necesitaba ver antes de lo que iba a hacer.
- ¿Por? ¿Qué pass... –Le interrumpí, plantando mis labios sobre los suyos, sin dejar que terminara de hablar. Al principio él no respondió a mi beso, supongo porque no se lo esperaba. Sentí que cogía aire por la nariz, y empezó a besarme. Realmente los dos lo necesitábamos, yo quería besarle a él y no que él siempre me basara a mí. Fue... nuestro primer beso, el tan deseado después de tanto tiempo. Lentamente separamos nuestros labios, de ese dulce y tierno beso y nos miramos fijamente a los ojos, mientras sonreíamos.
- Porque ya no hay apuesta que romper. –Le dije en un pequeño susurro mientras que juntábamos nuestras frentes.- Bueno, ahora sí que nos vamos, un beso. –Dije mirando a la cámara con una de mis mejores sonrisas.
- Pff... Si, nos vamos, ¡Adiós! –Dijo todavía desconcertado pero sonriente, como él siempre estaba. Ya había guardado el móvil y me cogió en volandas.
- Hey, ¿dónde me llevas? –Le pregunté mientras me cogía bien de su cuello.
- ¿Y eso? Eso da igual, mientras que estemos los dos juntos. –Me respondió mientras me daba un beso en la sien y entrelacé mis manos tras su cuello.

martes, 1 de enero de 2013

Capítulo 3, “El cotilleo”

- Nada amor. Estaba recordando el día que nos conocimos y me presentaste a mis cuñados. ¿Qué sería de mí, sin ti? ¿Eh? Jaja, como lo recuerdo... ¡Estaba temblando más que un flan! –Dije mientras me reía y le daba dulces besos por la cara.
- Jajaja, aún recuerdo como te intentaba tirar fichas, y tu cara de incertidumbre cuando entré a tu habitación aposta o cada vez que te decía “monada”. –Rio haciendo saltar mi cabeza sobre su pecho.
- ¡¿Que qué?! –Pregunté abriendo los ojos como platos mientras me sentaba a su lado.
- ¿Qué de qué? –Respondió elevando una ceja.
- ¿Entraste aposta? –Elevé un poco la voz.
- Si… –Dijo mirando a otro lado.- Bueno, solo quiero recalcar que la puerta estaba entreabierta y que tú fuiste la culpable de que yo entrara. Mi único objetivo era ir al baño, pero escuche tu risa cuando llegue a la parte de arriba. –Dijo como disculpándose.
- ¿Sabes que es lo mejor que pudiste hacer ese día, no? Imagínate que no llegas a entrar, ni siquiera sin querer; no estaríamos hoy… así. –Dije estremeciéndome de mis palabras. No me imaginaba estar sin él.  
- Por eso entré. Tengo buen ojo con las cosas que me convienen. –Rio y también se sentó y me indicó con unas palmaditas en sus piernas que me sentara encima de él, ya que todavía estábamos en el suelo.
- Jajaja, Niall, me ibas a contar lo de Diana y Kelly, ¿qué era? –Dije con mucha intriga volviendo al tema anterior.
- Para que no cojas frío. –Dijo cuándo me posé sobre sus piernas.- Bueno, te lo cuento ya, antes de que te enteres por otros. ¡Qué cojones! ¡Qué te lo quiero contar yo! –Se  rio con su risa malévola, esa, la amaba. Se puso a pensar como contármelo, así se pasó unos cuantos minutos hasta que le pellizqué la nariz, para que me lo contara de una vez.- Venga, que ya te lo cuento...  Pues ayer en medio de la fiesta, cuando estabais tus amigas y tú bailando sobre la mesa, Diana... Diana... Joder, jaja ¡Es que me da risa! A ver, que le estaba haciendo un baile sexy al cumpleañero. –Dijo con una sonrisa pícara.
- ¡Oooh! ¿Enserio? Dios Niall ¡¿Por qué no me lo has contado antes?! No me quiero imaginar el resto, prefiero que me lo cuentes tú, antes de ser mal pensada. Niall, Diana es... ¡Cómo mi hermana pequeña! Y bueno, Zayn es mi hermano. –Dije casi exasperada. No me lo quería creer, tal vez mi chico me estaba tomando el pelo, o tal vez fuera de verdad. En cualquier caso, lo mejor iba a ser que le dejara que me cuente todo, antes de pensar mal. De repente solo fue el baile y ya está.- Bueno sigue contando, ya estoy más tranquila. ¡CUENTAME! –Le grité de broma.
- Ya... ¡Ya voy…! Me encanta cuando te enfadas. A ver que más... Cuando tú casi te caes de la mesa, yo te cogí. Diana ya estaba con shorts y en sujetador y se tiró desde la mesa, encima de Zayn,  tu hermano la cogió en brazos y se pusieron a bailar de forma muy... ¿sensual? –Dijo y se quedó callado mientras olía mi pelo y llegaba hasta mi cuello.
- ¡Ay, Niall! ¡Me haces cosquillas! Jaja –Exclamé reaccionando. Amaba que me hiciera eso, pero no. ¡¡No!! Sabía que si seguía, llegaríamos a mayores y no, no era el momento.
- Es que Katia, no puedo evitarlo, eres tu... tu perfume, lo amo, es tan... ¿dulce? –Me dijo todavía oliéndome el pelo y mirándome el cuello.- Pero bueno, te sigo contando, ¿no? –Me preguntó volviendo a su postura anterior, yo todavía seguía con el corazón en la garganta después de lo del perfume y lo del cuello. Sé que si le miraba a los ojos, no podría detenerme, no podría, por lo que solo me limité a asentir.- Bueno, después Kelly hizo lo mismo que Diana, solo que con distinto chico. ¿Adivina con quién? –Me preguntó con una mirada traviesa.
- Pues a ver, a ver… Pero de los chicos, ¿no? –Le pregunté y asintió.- Pues mi hermano no puede ser, Harry... lo dudo y Louis también lo dudo y con Liam, no, ¡no! ¡¡Menos!! Ay, no sé… ¡dímelo ya! –Exclamé mientras ponía cara de triste.
- Emm… No. No te lo voy a decir. Si lo quieres saber, me tienes que dar un beso... –Me pidió medio canturreando. Maldita sea… Y lo cotilla que era yo… Por mí, se lo daría, ¡pero estaba aquella absurda apuesta! De repente le vi poniendo morritos en plan coña y no pude evitar partirme de risa. Casi me caigo de sus piernas, pero él me cogió antes de que mi espalda chocara contra el suelo y en esa posición, me besó, otro beso, no tan largo como el anterior, pero contundente.- Nada de promesas rotas. –Dijo mientras me guiñaba un ojo, todavía sentía su dulce aliento revoloteando a mí alrededor.- Ya, venga... Con una palabra que te diga, seguro que sabes quién es. -Me dijo sonriente, nos volvimos a poner en la posición anterior, sentados.- Carrots. –Me susurró al oído.
- ¡Jajaja! ¿Enserio? No... ¿De verdad? No, ¡no puede ser! Vaya cotilleos me traes, eh... Rubio. –Le susurré y reí en el oído. Quería que supiera lo que siento yo cuando me lo hacía a mí.
- Sí, es muy fuerte… –Dijo negando con la cabeza para después estremecerse bajo mí, se le puso la carne de gallina con mi contacto.- No me vuelvas a hacer eso Kat. –Me dijo con la voz entrecortada.
- Tú me lo haces siempre, ahora sabes lo que siento cuando me susurras. –Contraataqué. Entrecerró los ojos en forma de derrota y resopló por la nariz.
- Bueno ¡Y todavía queda! –Dijo retomando el tema.- Cuando te subí a la habitación, me pediste que te trajera un vaso de agua y bajé. Cuando salí de la cocina, busqué a los chicos y no los encontré, por lo que pregunté por ellos y me dijeron que habían subido; que Zayn y Diana estaban aquí, en la segunda planta, en la habitación de tus padres y Louis y Kelly, estaban en la tercera planta. Lo que no sé, es lo que estarán haciendo. –Me dijo casi partiéndose de risa.
- Bueno, a ver que me aclare bien, Diana y Zayn, Kelly y Louis y... ¿Harry y Liam? ¿Tengo que ser mal pensada? Grr. -Le contesté de la misma forma y los dos echamos a reír. Después se quedó mirando al infinito.
- ¿Tú eres la única que piensa y se hace esas preguntas no? Jajaja, Katia estás muy mal… –Rio para sí mismo.- Y pensar que dentro de unas semanas hacemos nueve meses... Katia, te quiero demasiado. –Me dijo abrazándome muy fuerte y dándome una beso en la punta de la nariz.
- Oh Niall… Yo te quiero más. ¿Me puedes hacer un favor enorme? –Le pregunté, todavía acurrucada en su hombro.
- Si, lo que tú quieras. –Me respondió rápidamente.
- ¿Me podrías cantar More Than This? Por favor… –Le rogué.
- If i’m louder, would you see me... –Empezó a cantarme mientras que me cogía del mentón y me miraba fijamente a los ojos. Yo estaba derritiéndome por dentro, era la perfección en persona. Cuando terminó la canción, me dio un beso en la frente y otro tierno abrazo. ¿Le quería? Sí, claro que lo hacía. Mucho.
- Muchas gracias rubio. Me encanta que me cantes, me haces sentir única. Lo necesitaba. –Le dije mientras me levantaba.
- No me las des, me encanta cantarte. ¿Por qué dices eso? –Me preguntó, a la vez que él también se incorporaba.
- A veces siento que todo esto es mentira, te vas a desvanecer… y estas cosas hacen que todas esas tonterías se esfumen. –Dije cambiando de expresión, arrugando la nariz.
- Sabes que eso no va a pasar. Tú siempre serás mi niña. –Dijo sonriéndome dulcemente y cogiéndome de la mano y con la otra acariciándome el moflete. - ¿A dónde vas? –Me preguntó cambiando de tema. Mi cabeza estaba intentado almacenar las emociones que todo mi cuerpo desprendía. Aquellas palabras quedarían grabadas en mí.
- Me voy al baño, qué me hago pipí. Y... ¡a cotillear un poco a los chicos! ¿Vienes conmigo? –Le pregunté mientras salía de la habitación. La luz me deslumbró, estaba todo echo un asco, suerte que los papis llegaban dentro de un par de días y nos daría tiempo a recoger.
- Sí, pero espera, ponte esto. –Se quitó su camiseta y me la lanzó, yo ya me había olvidado que estaba en ropa interior. Dios como estaba el señorito… Su piel blanca se marcaba por encima de sus torneados y definidos músculos. El me quedó mirando y se empezó a reír. Se había dado cuenta de mi embobamiento. Vi que ya se aproximaba.- Que, pequeña, ¿no te la vas a poner? Espera que te la ponga yo. –Me quitó la camiseta de las manos y me la puso en cero coma.
- Eh, chato, tu no sales así, que las chicas se te abalanzan, y no quieras verme celosa y enfadada a la vez... –Le dije en tono de broma poniendo los brazos en jarra.
- Jajaja ¡qué no cielo! Todos están en la planta de abajo. Solo vamos a estar por aquí, ¡no me va a ver nadie! Y si no, tú me ayudas a quitármelas de encima. –Me dijo enseñándome su preciosa sonrisa, ahora adornada con brackets. La verdad es que me molestó que se los pusieran. A mí me encantaba su sonrisa tal y como era. Pero bueno, él era hermoso de todas las formas.
- Ay, ay, ay... qué difícil es ser la chica de Horan. –Le dije entrando al baño, mientras que negaba con la cabeza.
- Que va, más difícil fue ser tu chico... ¿Tú te acuerdas el rebote que se pegó tu hermano? –Me preguntó desde afuera del baño.
- No me lo recuerdes. Primero nos puso como impedimento la edad, después la distancia, y no sé qué más tonterías. Pero ya nos ves aquí juntos, estamos más que genial. –Le dije mientras me secaba las manos y abría la puerta del baño. Me había lavado la cara, tenía todo el rímel corrido, digo yo de haber llorado, pero ya estaba perfecta.
- ¡Es verdad! Que fuerte. Y mírale a él ahora... ¡con Diana! ¡Qué es más pequeña que tú y él es más mayor que yo! Flipo... –Dijo llevándose las manos a la cabeza.
- ¡Ya ves! Hablando de ellos... Vamos a la habitación de mis padres, quiero abrir la puerta y pillarles infraganti. –Empecé a reír y no podía parar de solo imaginármelo. Al final, llegamos a la puerta de mis padres.
- Venga, a la de una, a la de dos y... ¡A la de tres! –Dijo en bajito mientras abría la puerta la puerta rápidamente, pero...