domingo, 13 de enero de 2013

Capítulo 7, “Malentendido”

- Si tío, le dejo la bandeja arriba y bajo a que me lo cuentes. Además, estoy molido, necesito descansar. –Le respondió Liam a Harry.
- ¡Vale, no tardes que si no me quedo dormido! –Gritó Harry desde abajo, todavía tumbado en el sofá. Nosotros ya habíamos llegado a la primera planta. Liam me entregó la bandeja y antes de irse escaleras abajo, me dio un beso en el moflete, acompañado de un rápido “Gracias pequeña, me voy a dormir al sofá”. No me dio tiempo a responderle, ya se había esfumado. Fui corriendo a mi habitación para ver que hacía mi chico. Llegué, cogí la bandeja con una mano, para abrir la puerta, entré y cerré.
- Pensaba que no volverías más. –Me dijo desperezándose y entreabriendo los ojos mientras se sentaba en la cama.
- Lo siento cariño, te resumo: Yo, desayuno, no periódico, salir calle, buzón, periódico, paparazzi, Harry salvar, chica rubia mirarme, sentirme mal, ¡PUM!, Harry y Liam cocina, Harry ibuprofeno, Liam hablar, sentirme mejor, Harry “sex boom”, Liam y yo subir con bandeja, yo entrar, darte un beso, ahora. –Le conté casi sin respirar mientras le daba un pequeño beso en la frente. Me senté a los pies de mi cama y le dejé la bandeja en su regazo. Realmente, estaba cansada y dolorida, pero era verle y recomponerme.
- Wow, ¿pero qué bien te lo pasas sin mí, no? Espera... ¿Harry sex boom? –Me preguntó incrédulo, mientras le daba un gran bocado a la tostada. Pude ver en sus ojos azules, algo de desconfianza. Pensaba que él ya lo tenía olvidado, pero veo que no...
- Jaja, se podría decir que... ¿Sí? Pero no, hubo un momento en el que no me lo pasé nada bien, pero eso ya te lo contaré después, antes respóndeme a una cosa. –Le dije mientras me acercaba un poco más a él. Estaba raro, como en su mundo, creo que pensando en la última pregunta que me había hecho.- A ver Niall, es que he visto tu reacción cuando he dicho lo de Harry, ¿estas enfadado? Porque yo no le veo motivo alguno, eso ya es agua pasada, y tú sabes perfectamente que yo te quiero a ti. Además no hicimos nada, más bien fue una confusión, tú, te confundiste. Le dije mirándolo mientras se terminaba la tostada. Después de unos momentos en silencio, al final me respondió.
- Es que solo de recordarlo... ¡Me entra rencor y a la vez me da risa! Claro que no me he enfadado, pero es una cosa rara. Ya sé que solo me quieres a mí, pero es que en ese momento, cuando recién nos conocimos, yo no sabía que pensar cuando os vi... Y también sé, que no éramos novios, pero yo ya te quería en secreto. –Me respondió relajado y fue justo ahí cuando me vino a la mente ese día y otra vez volví a recordar:

Era un día normal y corriente, iba de camino a mi casa mientras hablaba con Diana por el móvil. Entré en casa. Creo que no había nadie, no había jaleo... Dejé la mochila tirada en el suelo y subí a la planta de arriba. Realmente estaba cansada, tras nueve largos meses en el instituto, había tenido mi último examen. Por fin, ya estaba de vacaciones. Pasaba de ir la semana que quedaba, ya que solo se harían las recuperaciones y la fiesta de fin de curso y no tenía más ganas de nada. Al llegar a mi habitación, solo quería ponerme el pijama y echarme a dormir. Empecé a quitarme el polo, la falda... hasta quedarme en ropa interior y vi desde el espejo de mi armario un gran bulto encima de mi cama, ¿qué era eso? Me giré y fui hasta esta. Lo primero que se me pasó por la cabeza, es que Tom y Bella, se hubieran metido debajo del edredón. La verdad no sabía qué hacía yo con un edredón el pleno Junio... Lo cogí con fuerza, lo retiré y me quedé quieta mirando; lo que había debajo del edredón ¡era una persona!
- ¡AH, KATIA! ¡¡COÑO, QUÉ SUSTO!! ¿QUÉ HACES AQUÍ? –Me preguntó él, todavía con los ojos entrecerrados mientras que se ponía la almohada encima de la cara. Yo estaba de lo más liada, desconcertada, por lo que no reconocí quien era, seguro que lo sabía, pero en ese preciso momento no caía, parecería tonta. Después de un buen rato, de asimilar que un extraño estaba en mi cama, me puse a observar. Él, estaba en ropa interior, llevaba unos boxers negros que ponían el letras grades Calvin Klein, seguí recorriendo su cuerpo musculoso hacia arriba y me topé con una cosa... ¿extraña? Si, ese chico tenía cuatro pezones, no pude evitar esbozar unas pequeñas risas, al hacerlo vi como levantaba por un costado la almohada para mirarme mientras que elevaba una ceja. Por fin le reconocí, vi esos ojos verdes observándome y esos rizos despeinados, totalmente revueltos.- ¿Qué, te vas a quedar ahí parada o me vas a dar un beso? Sé que lo estas deseando, nena. –Dijo mientras dejaba su cara al descubierto. Aunque lo hubiera dicho con tono gracioso, ¿cómo podía ser tan creído? Ya le conocía y se podía decir que ya no tenía vergüenza con él, así que le respondí en su tono.
- ¿Y tú, te vas a quedar ahí, o te tengo que sacar yo Mr. Hoyuelos? ¿Cómo has entrado? ¿Qué haces aquí? ¿Y peor aún, qué haces en mi cama? –Le ametrallé a preguntas mientras le tiraba de la mano para que saliera de esta.
- Uy, la Kat se pone agresiva... Jajaja. –Rio y su pecho subió para coger aire.- Pues mira linda, hemos entrado con las llaves que me dio tu hermano, las tengo desde hace tiempo. Estamos aquí, ya que hoy no nos tocaba grabar y estábamos cansados porque ayer por la noche, nos fuimos de juerga. Y yo estoy en tu cama porque... tú quieres que esté aquí, ¡a que sí! Venga Kat, yo sé que te gusto y tú a mí también y más en ropa interior, grr. –Me dijo en tono vacilón, pero vi que no era broma, para nada, él iba totalmente en serio. Ahora sí que me había pillado en blanco y como no… yo y mi memoria de pez, otra vez estaba haciendo el ridículo, me había olvidado completamente de que estaba en ropa interior.
- ¡Ah, mierda! –Dije por lo bajo mientras cogía el edredón para taparme. ¿Cómo poder resistirme a los encantos del señor Styles? Su mirada persuasiva seguía sobre mí, yo solo se la aparté, mirando al suelo. Pero en mi mente solo había lugar para un chico, ese chico rubio de ojos azules que con solo una sonrisa, me enamoró desde el primer día, pero tenía la sensación, de que nunca pasaría nada con él.- Emm... Harry, jaja, que gracioso ¿no? Jajaja. –Dije entre risas falsas, una risa producida por el nerviosismo.
- No, para nada preciosa, yo no le veo la gracia, lo digo de verdad. –Me respondió, con un tono de seguridad, que realmente me hizo volver a dudar. Vi cómo se incorporaba y se sentaba en el borde de la cama dejando los pies colgados, quedando enfrente mío, mientras me cogía de los brazos y me arrastraba hacia él. Ahora sí que no, yo no iba a ser capaz.
- Harr... –Intenté pararle, pero empezó a darme suaves besos empezando desde el hombro y fue subiendo lentamente hasta el cuello, donde se hallaba mi punto débil.- No, Harry. –Le dije firme, pero sin ningún resultado, ya se estaba aproximando a mis labios.- ¡No Harry Styles, no! –Le reprendí mientras presionaba ligeramente con mis dos manos, sus mofletes, dejando su boca en morros. Tenía cara de tonto, con los ojos súper abiertos y no paraba de mirarme incrédulo. Estuvimos así unos cuantos segundos, hasta que vi que ya no me miraba, sus ojos tenían otra dirección, se perdían detrás de mí. Rápidamente me giré y le vi.
- Ho-hola Niall... No, no es lo que parece, noso... NO ESTÁBAMOS HACIENDO NA... –No pude terminar, vi como desaparecía por la puerta y tras un rato escuché un fuerte golpe, un portazo. ¿Habría pensado que estaba besando a Harry? Porque la verdad, si yo hubiera visto a Harry con los morros así y en calzoncillos, también lo hubiera pensado, pero... ¿por qué se habría puesto así? Ahora sí que estaba paralizada... y estaría con cara de desconexión.
- Katia, ¿estás bien? Espera, pillina... ¡A ti quién te gusta es Niall! Oh, que mona. Tranquila, no te preocupes yo se lo explico todo. Pero... ¿Por qué le tendría que explicar algo? Qué raro se ha puesto, como si le hubiera dolido verte así conmigo... ¡¡Ostias, ya lo comprendo todo!! –Dijo mientras se llevaba las manos a la cabeza, supongo que atando cabos, mientras echaba sus rizos hacia atrás.
- Joder, joder, joder... –Murmuré en voz baja, sentía que empezaba a hacer demasiado calor, creo que ya no por el edredón, sino por la pillada, la de Niall. Harry me había calado y eso no era bueno. Qué vergüenza...- No, no, no, no… ¿De dónde sacas que me gusta Niall? Bah, que chorradas... Já, que cosas tan graciosas dices Harold... –Le dije con voz temblorosa. Esperaba que no notara que estaba mintiendo.
- Katia no lo niegues, te vi, te vi cómo le mirabas y como te pusiste cuando se fue, como si se te cayera el alma al suelo. –Me dijo mientras atrapaba mi mano y la cogía con fuerza. Vale sí, me había pillado. ¿Y ahora qué iba a hacer? Ese secreto me lo había guardado solo para mí y ahora lo sabía el ricitos.- Y la cara de Niall era un poema. Ya lo comprendo absolutamente todo... Todas esas indirectas... Lo bobo que se ponía cada vez que te miraba, que tierno. Yo creo que le gustas y le ha molestado vernos así, por eso creo que se fue, para no armarla... –Continuó, soltando mi mano con delicadeza. Lo que me había dicho, ¿sería verdad? ¿Niall sentiría algo por mí? Y si lo sentía, creo que ahora mismo estaría odiándome. ¡Yo no quería que pasara esto! ¡¡Todo era un malentendido!!- Lo siento, de verdad, no sé qué me ha pasado. Mira pequeña, a mí siempre me has gustado, desde que te vi bajar por las escaleras con Niall, pero aunque no lo parezca, no me atreví a decírtelo. A ver, no es que este enamorado de ti, solo quería probar a ver qué tal, a ver si funcionaba, pero debí de haber parado cuando me lo dijiste por primera vez. –Me dijo sereno mientras agachaba la cabeza, pude ver sus mofletes rojos, supongo que de la vergüenza de haberse “declarado”. Por fin reaccioné.
- Harry, no te disculpes, creo que aquí nadie tiene la culpa. Por favor, no le digas nada a Zayn, que me cuelga... Ni lo de que me gusta Niall, ¿vale? Ahora por favor necesito estar sola. –Dije mientras me dirigía a coger mi ropa del armario.
- Vale, te comprendo y enserio, lo siento de verdad, si hay algo que pueda hacer... De momento voy a hablar con Niall. –Me dijo mientras que salía por la puerta.
- No, eso déjamelo a mí, o aunque sea déjame que lo haga yo antes que tú. –Le pedí un poco más relajada mientras me acercaba a la puerta, el solo asintió con una sonrisa y salió tras ella para bajar por las escaleras. Cerré la puerta y me dispuse a vestirme. Pasaba de ponerme el pijama, ya tendría tiempo de dormir todo el verano. Solo quería ir a buscarlo y hablar con él de lo que había pasado y de mis sentimientos hacia él de una vez por todas, eso, si antes no me desmayaba, pero tenía que coger el valor. Mientras me iba vistiendo me repetía a mí misma, "Katia, tu puedes, no va a pasar nada". Me puse una falda con vuelo, ceñida a la cintura, una camiseta palabra de honor y unas Converse blancas, quería ir guapa pero a la vez cómoda. Me puse un poco de rímel, me hice una trenza espigada a un lado, cogí mi bolso y me dispuse a ir en su busca. Después de todo lo que me habían contado los chicos, sabía dónde encontrarlo. Bajé corriendo las escaleras, Harry estaba todavía allí, me despedí de él dándole un beso en la mejilla, no le di explicaciones, por lo que se quedó extrañado. Paso tras paso, iba pensando la forma en la que se lo iba a explicar. Por fin llegué, le vi dentro, sentado, esperando su pedido. Cogí aire y todo el valor posible, todo el que pude y entré. Estaba temblado, caminé hasta él y posé mis manos sobre sus ojos.
- ¿A qué no sabes quién soy? –Le pregunté con la voz temblorosa, el negó con la cabeza.- Lo siento. –Le dije con tono apagado. No había hecho nada malo, pero me sentía mal por dentro. El solo se giró y se levantó, librándose de mis manos tembleques, se acercó a mí y me quedó mirando a los ojos. Se había acercado tanto, que estábamos a milímetros de distancia, pude ver que sus ojos estaban rojos. ¡Mierda! Había estado llorado, y eso hizo que se me rompiera el corazón.
- Hola. –Me dijo con una sonrisa dibujada en la cara. –¿Estaba contento? Pues yo estaba confundidísima. Me enganchó poniendo sus manos en mi cintura.- Me muero de ganas de hacer una cosa, que desde que te vi por primera vez, no he dejado de pensar cada minuto, cada segundo... ¿Me dejarías probar? –Me preguntó con un hilo de voz. Verdaderamente, los dos estábamos nerviosos, pero era verle, tocarle y empezar a relajarme. Solo asentí mientras que cerraba los ojos. Sentí su respiración, su aroma embelesador, tan cerca de mí... Ese momento era tan perfecto, que me gustaría paralizarlo, para vivirlo durante años. Sus labios se posaron sobre los míos, como una leve caricia, lentamente empezamos a unirnos en un largo, tierno, perfecto, inolvidable beso. Pero algo nos interrumpió.
- Señor. ¡¡Señor!! Aquí tiene su podido, pase por caja para pagar. –Le dijo a voces la cajera de Nando’s. Él se separó de mí, sonriéndome con una cara de felicidad, seguro que yo tenía la misma. Me soltó y se dirigió donde la cajera, yo todavía estaba en las nubes, cuando me di cuenta de que medio restaurante me estaba mirando y cuchicheando cosas por lo bajini. Sentí que Niall me pasaba el brazo por la cintura y me empujaba hacia la puerta.
- Vámonos cielo, no quiero que me reconozcan. –Me dijo susurrándome al oído. Cuando le miré, ya tenía puestas unas gafas negras y la gorra.
- Claro. –Le respondí alegre.
Nos dirigimos a un parque solitario que se encontraba cerca de mi casa. Nos sentamos en un banco y estuvimos hablando y riendo durante horas, mientras que comíamos. Le expliqué lo que pasó con Harry con detalle, que todo había sido un malentendido, no quería que hubiera que esconder nada más. También hablamos de lo que sentíamos el uno por el otro, nos dijimos cosas verdaderamente muy bonitas...
- Bueno Kat, entonces… ¿quieres ser mi novia? –Me dijo avergonzado mientras miraba el suelo. Tierra llamando a Katia… ¡Que me lo había pedido! Me quedé paralizada durante un buen rato, hasta que me acerqué a él, dándole un beso, un beso intenso.
- ¿Eso me lo tengo que tomar como un sí? –Me preguntó acariciándome la mejilla.
- Eso es un sí. –Le respondí sonriendo mientras negaba con la cabeza y sujetaba su mano contra mi mejilla.
- ¿Si? ¿¿Si?? Digo… ¡Sí! ¡Wohoo! –Cogió mi cara entre sus manos y me acercó rápidamente a mí para darme un beso efusivo para después ponerse en pie y ponerse a dar saltos como loco por el parque.- Katia me has hecho muy feliz. ¿Y sabes qué? Que te quiero, te quiero, te quiero, ¡te quiero! –Me dijo gritando eufórico mientras me daba besos por toda la cara y finalmente me abrazaba. Lo único que yo podía hacer ante su reacción era corresponderle y sonreír, sonreír como una verdadera bobalicona. ¡Me quería! Y yo a él. Creo que este día no lo olvidaremos ninguno de los dos, fue muy especial, con sus inconvenientes, pero que sin ellos, no hubiera sido perfecto.
Y volví a la realidad:

- Nialler, amor, no sé qué hacemos hablando de esto… Ese tema ya estaba zanjado. Harry para mi es uno de mis mejores amigos, pero nada más. Te quiero y pase lo que pase, siempre te querré. –Le dije mientras retiraba la bandeja de su regazo para sentarme encima de él.
- Tienes razón cariño, he sido tonto, un tonto celoso. Ni siquiera me contaste el porqué de lo de “Sex Boom” pero es que en cuanto se refiere a ti, ¡siempre me pongo celoso! Y más ahora que dentro de una semana me voy. Katia que yo te quiero mucho más. –Me volvió a asegurar, besándome la mano y en respuesta le sonreí.
Le conté todo lo que me pasó cuando bajé a prepararle el desayuno y entre risas y risas, pasamos el día en mi habitación, era la mejor forma de aprovechar el día, junto a él, el amor de mi vida.

2 comentarios:

  1. Aaaaa !!! No me puedes dejar así katia cielo te requiero pero te mato como no escribas el siguiente capi prontico jajajja mentira como te voy a matar cielo si esque no soy un asesina en serie ajaja bueno Avísame del capi porfiis lo mas pronto posible ehh wapa !!

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    1. Jaja, no te preocupes, ayer subí otros 3 capis! :))
      No me mates, que te quedas sin novela xD
      Ya te aviso por whatsapp, un besito ^^

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