Todavía lograba escuchar los gritos y risas de Louis
y Kells. Ya habíamos salido de la habitación, yo me sentía bien, verdaderamente
muy bien entre sus brazos, como si supiera que estando con él, no me
pasaría nada, nunca, jamás. Nos alejábamos lentamente, nos estábamos separando
de todo, del mundo, estábamos solo él y yo, solo. Me acurruqué en él, poniendo
mi cabeza en su hombro, cerré los ojos y me puse a pensar en todo lo que había
pasado desde que me había despertado. En esas escasas horas, había recordado
cosas emocionantes. Mis amigas habían pasado seguramente una gran velada con
los chicos, había reído a más no poder, también vi cosas que no debía. Tenía
que hacerle el desayuno a mi novio… Lo mejor de todo creo que fue que yo había
besado por fin a la cosa que más quería en este mundo. Habrá gente que dirá “Katia,
solo han sido tres días los que no has besado a Niall” Y yo te respondería
“¿Tres días? ¿Me estas vacilando? ¡¿ENSERIO?!” Porque en verdad, a mí me habían
parecido tres siglos.
Bueno y así, como así, no había hablado con Kelly y
no había “regañado” a Louis. Una pregunta rondaba por mi cabeza todavía; la
mesa. La mesa de billar rota. ¿De verdad la habrían roto Kelly y Louis? No me
lo podía creer... Era un recuerdo de mi tatarabuelo y mi padre nos iba a matar.
Solo de pensarlo, me ericé y se me puso una sonrisilla en la cara.
- ¿Y esa sonrisa? ¿Qué se te está pasando por esa
cabecilla loca? ¿Eh? –Me preguntó estrujándome más hacia él.
- ¿Cómo habrán roto la mesa de billar? –Le pregunté
como una niña pequeña.
- Katia, te vuelvo a decir, que tú eres la única que
piensa y pregunta esas cosas, pero a decir verdad... ¡Tienes razón! Es muy
raro. Yo… Tengo mi teoría, pero, no sé... Jaja. –Dijo mientras le salían
pequeñas risitas.
- Dime... Jo, ¡no me dejes con la intriga! –Le
exigí, todavía parecía una niña pequeña. Recién abrí los ojos y me di cuenta de
que nos dirigíamos a mi habitación, quedaba poco para llegar.
- Jajaja, mi teoría es muy lógica... Solo te
digo una cosa, “Zayn RompeMesas Malik”. –Me respondió, mientras me miraba elevando
las cejas.
- Jajajaja, cielo, después de lo que me he reído, no
me hagas reír más, ya tengo agujetas en la tripa... Que gran teoría, ¿no?
Pero que bobis eres a veces... Te quiero. –Le dije cogiendo aire después de
reír, a lo que él me quedó mirando con los ojos muy abiertos.
- Mentirosa... –Me respondió entrecerrando los ojos.
- Es verdad, no te quiero, nada de nada. –Le
respondí a su acusación y sentí como se estremecía y me apartaba la mirada.-
Pero nada de nada. –Recalqué, el seguía apartándomela.- Yo no te quiero. Lo que
siento es mucho más que quererte. –Le dije mientras le daba pequeños besos por
la mejilla, hasta llegar al cuello. Por la cabeza se me había pasado que mis
labios pronunciaran el verbo “amar”, pero creo que todavía era muy…
¿precipitado? Bueno, no, ya llevábamos mucho tiempo juntos. Pero… ¿y si se
sentía presionado? Prefería que el diera ese paso, además, el seguro que sabía
que yo le amaba. Todo lo que había hecho por mí, no se podía comparar con nada.
- ¡Katia, yo un día de estos te mato! Pensé que me
lo decías de verdad... Te voy a desapuntar a tus clases de actuación, ¡siempre
me haces lo mismo y siempre me lo creo! –Dijo exaltado y regañándome, mientras
me dejaba tumbada encima de mi cama. No me había dado cuenta, pero al parecer,
habíamos llegado hacía ya unos minutos.
- Esto ya lo hemos hablado Nialler y sabes que no te
vas a deshacer de mí muy fácilmente… Yo quiero estar contigo hasta que seamos
ancianos y quiero... quiero ver a nuestros nietos correr por nuestra casa,
nuestra casa de la playa y... ¡buah! Que digo, tú y yo, por siempre juntos,
como si fuéramos jóvenes para siempre, “Forever Young”. –Le dije con una voz
relajada y feliz, mientras que estiraba los brazos en señal de que se acercara
para abrazarle por el cuello. Él se acercó y le rodeé mientras le daba un
pequeño beso y le hacía espacio en mi cama, para que se tumbara a mi lado.
- ¿Forever Young? –Me preguntó acomodándose a mi
lado mientras estiraba su dedo meñique, dejando el resto de los dedos como en
un puño, como si se tratase de una promesa.
- Forever Young. –Afirmé contundente mientras hacía
lo mismo con el dedo meñique y lo entrelazaba con el suyo. Logré ver, que me
regalaba una sonrisa, conjunto una cara de felicidad, pero su rostro cambió
rápidamente.
- Katia... Mira cielo, no sé cómo te sentará esto,
me cuesta mucho, demasiado, decírtelo, pero Zayn me dijo que debía hacerlo ya,
así lo ibas asimilando. –Me dijo mientras me apartaba la mirada, otra vez. ¿Pero
que era esto? Acababa de prometerme que íbamos a estar juntos para siempre, ¿y
me estaba insinuando lo que pensaba que estaba haciendo? Ahora me estaba
temiendo lo peor. Me estremecí entera. Por dentro tenía como mil huracanes. No,
no podía decirme eso, yo no quería. El notó la reacción de mi cuerpo.
- Dímelo ya, sea lo que sea. –Le respondí en un
pequeño sollozo, realmente me esperaba lo peor.
- Amor, que te pasa, no te pongas así... ¡Si todavía
no te he dicho nada! –Me reprendió con voz triste y envolviéndome con su brazo.
- No, no me lo has dicho, pero yo sé lo que me
quieres decir, se te nota. –Le respondí con un hilo de voz, no podía contenerme
por mucho tiempo más las lágrimas.
- ¡Katia Malik! ¿No estarás pensando lo que yo
creo no? ¡Dios Kat! No, ¡¡No!! ¿¡Estabas pensando que iba a cortar contigo!?
¿Después de lo que te acabo de prometer? –Me preguntó casi gritando, incrédulo,
regañándome, de nuevo.
- Pe-pero no... –No pude contenerme ni un segundo
más. La primera lágrima salió y el grifo ya estaba abierto. Empecé a llorar y a
llorar y ya no porque pensara que me iba dejar, si no por el tremendo susto y
el mal rato que me había hecho pasar.
- Ay pequeña, ¡no! Me dijiste que no ibas a llorar
más, ¿te acuerdas? Katia, por favor... ¿Cómo iba a cortar contigo? Ni que
estuviera loco de remate, contigo, me ha tocado la lotería. –Me consoló,
mientras me daba otro beso, sin yo poder corresponderle. Tenía toda la cara
húmeda de mis lágrimas.
- Joder Niall, como para no llorar, ¡me asustaste!
–Exclame tirándole una almohada después de separarse de mis labios.- Ya paro,
no te preocupes, no más lágrimas, ahora, mientras me tranquilizo, dime lo que
me tenías que decir. –Dije mientras me secaba las lágrimas de la cara.
- Haber... Lo que te quería haber dicho, es que no
nos vamos a ver en algún tiempo cielo, estos días hemos estado juntos, porque
los chicos y yo hemos estado de vacaciones. –Me dijo mientras me ayudaba a
sacarme las lágrimas.
- Pero si sólo lleváis aquí en Londres unos
cuantos meses, y ni eso, ¡habéis estado trabajando todos esos días! Que si
grabando en el estudio, que si viajes exprés, que si sesiones de fotos, que si
firma de discos, ensayos, ¡hasta en los Juegos Olímpicos! Si,
"vacaciones". –Dije sarcásticamente.
- Jo, tienes razón... Pero tú sabes perfectamente cómo
va esto y te aseguro que el que lo va a pasar peor, soy yo. –Me respondió
comprensivo.
- No, seré yo, te estaré extrañando cada segundo,
eso ni lo dudes. –Resoplé conteniéndome de nuevo las lágrimas.- Bueno, ¿y esta
vez, por qué no nos vamos a poder ver durante tanto tiempo? –Le pregunté
mientras que me acomodaba en su pecho.
- Esto es secreto y no se lo puedes decir a nadie,
¡pero en nada sacamos nuevo álbum! ¿Adivina cómo se llamará? –Me dijo con cara
de emoción.
- Pues... ¿Up All Night
Album Revolution? Jaja.
–Dije mientras que me echaba a reír.
- Jajaja, esa fue una buena idea… Yo lo propuse y la
dejaron como segunda opción, pero no, se va a llamar Take Me Home. –Me
respondió mientras jugaba con mi pelo.
- ¡Aww! Take me home, so we
can’t stay ap all night... –Le susurré al oído, haciéndole cosquillas.
- Te llevaré a casa cada vez que me lo pidas…
Jajaja. –Me susurró con tono juguetón.- Y nuestro single te encantará, se
llamará Live While We're Young. –Me dijo, todavía emocionado, como si se
tratase un niño pequeño, mi niño pequeño.
- Si,
me gusta, me gusta, ¡tiene estilo! Jaja. –Le respondí, mientras reíamos los dos
a la vez.
-
Prométeme que no estarás triste cuando yo me vaya dentro de una semana. –Me
dijo tocándome la punta de la nariz con el dedo.
- Pff,
lo intenté... –Le dije no muy convencida, mientras me levantaba de la cama.
- Hey,
yo te abro aquí mi corazón y tú... ¿te vas? Muy mal Katia, muy mal... –Me dijo
entre risas mientras que negaba con la cabeza.
- Si,
me voy pero cuando vuelva con tu desayuno, seguro que me quieres más. –Le
respondí mientras pasaba por encima de él y saltaba al suelo.
- ¡Es
verdad, ya me había olvidado de mi desayuno! Quiero unas tortitas y unas
tostadas con... ¿quedo jamón serrano del que nos trajo Diana ayer? –Me preguntó
ansioso, yo, solo revoleé los ojos y asentí.- Bueno pues que sean con doble de
jamón serrano y tarta de ayer, si ha sobrado claro... –Continuó como si yo
fuera su camarera personal. No sabía cómo le gustaba tanto comer… A ver a todos
nos gusta comer, pero es que lo de él era otra cosa a parte... Él, no se
llenaba.- Si señor, ¿desea algo más para acompañar las tortitas, las tostadas y
la tarta? –Le pregunté con un tono sarcástico mientras ponía los brazos en
jarra.
-
Emm... no señorita. Bueno sí, ¿podría traerme una taza de chocolate extra dulce
y la prensa del día? ¿Si no fuera mucho pedir? Tendrá su propina señorita. –Me
dijo en tono gracioso.
-
¡Marchando una de chocolate extra dulce, tortitas, tostadas y tarta, y... la
prensa! –Dije casi ahogándome mientras salía de la habitación y me disponía a
bajar por las escaleras.
- ¡¡TE
ESPERO EN LA CAMA, VUELVE PRONTO, NO TARDES, QUE TENGO HAMBRE, NO MENTIRA, QUE
TE ECHO DE MENOS!! –Me gritó y continuó diciendo cosas, pero no las entendí ya
que ya estaba casi abajo y con la música no pude escuchar muy bien. Al llegar a
la última escalera, casi me caigo, demostrando lo patosa que soy... Llegué
abajo y como no, estaba todo hecho un gran desastre. Latas de cerveza por
aquí... Tarta en el sofá y encima de mis gatos, patatas en el suelo y...
espera, ¿¡una piñata!? Si, por desgracia sí. Los amigos de mi hermano, lo han perturbado, hasta tal
punto que tiene una piñata en su cumpleaños de los veinte... No sé cómo, pero
llegué a la cocina atravesando la multitud de gente que había en mi salón. En
el camino, cogí a Tom y a Bella, porque algún gracioso, seguro que el alma de
la fiesta, se le había ocurrido untarlos en tarta... Así que antes de hacerle
el desayuno a mi chico, les limpié, lo bueno es que se quedaron oliendo a
tarta. Ya después de quince minutos en la cocina, ya tenía las tostadas, las
tortitas, un trocito de tarta que alguien había escondido en la nevera y el
chocolate, solo me faltaba el periódico, así que lo dejé todo en una bandeja y
me dispuse a ir a la puerta para coger la prensa. Salí por la puerta, estaba
abriendo el buzón y sentí una luz en mi cara que me cegó Me quedé con mi cara
de “¿WTF?”
-
¡Katia, Katia! ¿O prefieres que te llamemos Kat? ¿Qué tal el cumpleaños de tu
hermano? ¿Zayn está dentro? ¿Y los demás chicos, también están? ¿Nos ha llegado
información de que estás saliendo con uno de los integrantes de One Direction,
es cierto? ¿Es Liam? ¿Es Niall?... –Me preguntaron unos paparazzi sin dejar de
hacer fotos. Dios, como los odiaba. Creo que iba a ser la noticia del día.
Había salido a coger el correo en camiseta y bragas y a saber cómo estaba mi
cara. Estaba con el periódico en la mano, paralizada, no sabía qué hacer. Sentí
unas manos que me arrastraba hacia atrás y me metían en casa.
-
Pequeña, ¿estás bien? –Me preguntó el chico que me había “salvado” mientras me
abrazada, yo solo asentí.- Estas pálida, ¿quieres agua? –Me volvió a preguntar,
esta vez mirándome a los ojos y por fin supe quién era; esos ojos de color
verde eran inconfundibles.
- ¡¡Mi
ricitos!! ¡Gracias, muchas gracias! No sé lo que me pasó, me paralicé, no...
¡No sabía que hacer! Si no estás, seguro que entran a casa, y yo seguiría ahí,
sin moverme. –Le dije a Harry nerviosa, con la voz asustada. Vi, que detrás de
él, una chica me miraba mal, de arriba abajo.
- Ya,
ya paso, tranquila, alguien que seguramente no es amigo de Zayn, les dijo que
estábamos aquí. Como odio a esas personas. –Me dijo indignado.
- No sé
por qué Harold, pero tengo el presentimiento de saber quién ha sido la que los
ha avisado. –Dije mirando a la rubia alta que estaba sentada en las piernas de
Liam. Y nada, eh... que no paraba de mirarme mal, la muy descarada...
No hay comentarios:
Publicar un comentario